Buen Café

Colombia y Juan Valdez, cuando el marketing no es suficiente

Tocho

MÉXICO.- Muchos medios dicen que el mejor café es el de Colombia y la marca de cafeterías que representa a dicho país en el mundo es Juan Valdez, pero somos pocos los mexicanos que la conocemos.

Las cafeterías Juan Valdez, pertenecientes a la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia que agrupa a 500 mil caficultores de ese país abrió su primera cafetería en México en 2013 con la intención de adueñarse de una porción del mercado dominado por la estadounidense Starbucks, que tiene 687 cafeterías en México.

Quien escribe llegó a probar ese café y francamente no era nada sorprendente, ni siquiera memorable, casi como sus competidores estadounidenses.

La cosa es que Juan Valdez, que tenía planeado abrir 100 cafeterías en México no pudo abrir más de diez y esto pasó porque la relación entre Procafecol, que es la empresa de caficultores colombianos dueña de la marca, dio por finalizado su acuerdo con la poseedora de la franquicia en México, Kaffeehaus, que por cierto también es colombiana.

Aunque según los propios representantes de la marca están en busca de un nuevo socio que tenga operación multimarca, “las ganas de llevar la marca y expandirla por todo el territorio mexicano, no sólo en la Ciudad de México, ya que es una oportunidad muy grande porque el consumo se ha dinamizado”, dijeron a El Financiero.

En Puebla, tercer estado con mayor producción de café del país (y de los mejores dicho sea de paso) prácticamente no nos enteramos de la existencia de esa marca, pues además del gigante Starbucks existen en la ciudad marcas grandes y marcas chicas de cafeterías, pero la mayoría son cafés independientes que venden café de Puebla, de Oaxaca, de Chiapas y de Veracruz.

El gusto se rompe en géneros, pero es importante recalcar que el café empieza a perder propiedades tales como el aroma y el sabor automáticamente después de terminarse de tostar.

¿QUÉ QUIERE DECIR ESTO?

Como amante del café me gustaría compartir mi experiencia. Toda la vida he tomado café recién tostado, entonces, independientemente del lugar de procedencia del café, que si hay diferencias de sabor entre uno y otro, existe una mayor diferencia de sabor, aroma y hasta visual entre el café recién tostado (de no más de un mes) y el café “viejo”.

Es muy difícil de describir, pero cuando alguien está acostumbrado a tomarlo recién tostado, detecta automáticamente si el café que está tomando es “viejo”, pues hay un vacío de sabor que no tiene algo que ver con la procedencia del café.

Sería ideal que todos los poblanos pudiéramos tomar siempre café recién tostado.

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