Agricultura

Agricultura orgánica, subversiva por sustentable

Janet González Jiménez

Lo orgánico es subversivo, un tipo de alimento que proviene de un modo de agricultura que se sale del sistema por ser sustentable, libre de pesticidas, explicó Leonardo Álvarez Hernández Magro, director del Colectivo Plántula.

Con lo orgánico —dijo— los productores ven que el tiempo invertido permite que la tierra “trabaje sola”, sin que se paralice o enferme por la intervención de agroquímicos y aceleradores sintéticos.

Y es así, con la idea de la sustentabilidad que Colectivo Plántula fomenta la agricultura urbana, sistema de producción de alimentos en las ciudades que aprovecha lugares como el patio o la terraza para desarrollar huertos propios o comunitarios, espacios que permiten cultivar con métodos agroecológicos.

“Cada persona produce un kilo diario de residuos y la mitad es orgánica, de allí debemos partir, porque lo congruente es que te ocupes de tus residuos, lo que implica tres etapas: separarlos en orgánicos e inorgánicos, transformarlos, ocuparlos; lo siguiente es montar un huerto”, recalcó.

Leonardo Álvarez precisó que la agricultura orgánica es una tendencia mundial, ya que si el alimento crece con buenos insumos aseguras tu salud.

Agroquímicos y pesticidas

La propuesta del colectivo es evitar el uso de agroquímicos, por lo que desarrolló un biol, abono orgánico natural hecho a base de hongos de montaña, un activador que funciona como regenerador de suelos perdidos.

“Lo que más me gustaría es capacitar a los agricultores más necesitados, que se olviden del agroquímico y le den prioridad a la salud y mejora del suelo, que será una herencia para sus hijos.

Actualmente comprar algo orgánico en el supermercado no te garantiza que sea bueno o saludable, porque al final tienen que certificar sus productos como orgánicos y esto implica cumplir con una serie de normas que imponen las dependencias de gobierno, y esas normas son requisitos que no cualquier agricultor puede acceder. Esto no es la solución”, dijo.

El asesor en agricultura urbana resaltó la importancia de dejar los agroquímicos: “el suelo es la clave, si el suelo está saludable no hay plagas y no hay que aplicar nada. Todo depende de las técnicas de agricultura que se utilicen. El químico, aunque el resultado es inmediato no se compara con el orgánico. Con éste no hay riesgo de aplicación ni para quien lo aplica ni para quien consume los productos, es muy efectivo, además de que usándolo haces el suelo fértil”.

Si se quiere se puede

Álvarez Hernández Magro explicó que si el gobierno acepta y apoya es posible contar con cultivos orgánicos a gran escala.

“En el estado de Veracruz existe una planta de lombricomposta, en el municipio de Teocelo desde hace diez años. Tiene quince tinas con lombrices y transforman todo el residuo orgánico del municipio, y esta composta que obtienen se la dan al agricultor. Así los agricultores tienen un abono natural y sano para las plantas y hortalizas en lugar de utilizar productos industriales. En esta región hay mucho agricultor orgánico porque el municipio lo fomenta”.

El director del Colectivo Plántula criticó que en Puebla no exista un interés de parte de las autoridades por fomentar la agricultura urbana desde lo más elemental que es separar residuos, porque “¿de qué sirve que haya personas que separan los residuos si el camión recolector pasa y levanta por igual?”, cuestionó

“Siento que es posible que en Puebla sean cada vez más los que realicen este tipo de agricultura, pero es un camino lento. Es una alternativa para tener cero residuos, cero labranzas y llegar a la salud. Sin plantas no hay animales ni nada. Es un camino que involucra muchos sectores, pero el cambio es poco a poco y se debe empezar por uno mismo. Hay que educar a las generaciones que vienen para que lo aprendan y lo implementen a mayor escala. Sólo así es totalmente posible”, señaló.

Por último, y al indicar que el comercio se aprovecha de los agricultores a través de los intermediarios, mientras que los distribuidores incrementan el precio afectando a los consumidores, concluyó que es más barato tener un huerto propio, “se puede establecer en las azoteas, la pared, la ventana, en cualquier lugar disponible; habiendo sol y agua se puede lograr. Al principio será poco lo que produzca pero los resultados serán muy buenos”.

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