Columnas

Alfarería poblana

Luisa Rentería

La tradición e historia alfarera en Puebla se remonta a los siglos XVI y XVII, cuando los “loceros ibéricos buscaron establecerse en Puebla entre 1550 y 1653” esto como resultado de la migración de alfareros y artesanos de diferentes oficios, de la Ciudad de México a Puebla después de las inundaciones de lago de Texcoco, en 1604: “mientras la Ciudad de México a mediados del siglo XVII sufría una crisis, Puebla estaba “al alza”, además de la facilidad para conseguir la materia prima de la alfarería: el barro.

Las primeras familias españolas de artesanos eran provenientes de Sevilla, Génova, Toledo, Castilla y Cádiz: “los loceros que se trasladaron a la Angelópolis se instalaron de manera definitiva en la ciudad; mandaron traer a sus familias de España y tuvieron descendencia en Puebla”.

La demanda por la técnica alfarera se incrementó después de que el obispado y la población usarán para cubrir las necesidades de una ciudad en crecimiento, sobre todo en conventos y centros de cultos: “por ello, algunos loceros se establecieron cerca de los conventos, ya que estos requerían grandes cantidades de artículos de barro, tanto para su construcción o en forma de loza de uso cotidiano, farmacéutico y litúrgico”.

En un inicio la arcilla o barro se adquiría en el Valle de Puebla y Jalapa. Los primeros talleres se establecieron en Cholula, Tepeaca, Totimehuacán, Tochimilco, Huejotzingo y Calpan. Dentro de Puebla los principales barrios donde se establecieron fueron Analco, Santiago, San Francisco, San Pablo de los Naturales, San Miguel y San Sebastián, y dos arrabales: Xonacatepec y Xanenetla.

Imagen recuperada de Manufactura

Por otro lado, el antropólogo mexicano Daniel Rubín de la Borbolla, documento y aseguró que Puebla fue la primera ciudad de Nueva España donde se usó el torno del alfarero, y la única en donde se utilizaron las herramientas y las técnicas de la alfarería española.

Los Estados de Guanajuato, Oaxaca, Puebla, Michoacán y Yucatán son algunos donde se concentra la mayor importación de producción alfarera.

En Puebla, José Armando López García pertenece a la cuarta generación de alfareros de la familia López. La casa donde trabajan este oficio, el Centro Alfarero del Barrio de la Luz, tiene 400 años de existencia. La casa siempre se utilizó para ese oficio y aún conservan (y sigue funcionando) el original horno de ladrillo.

En esta temporada, José Armando se prepara para vender los sahumerios y candelarios, utilizados en las ofrendas de muertos.

Aquí algunos datos sobre el Centro Alfarero del Barrio de la Luz:

  • Originalmente la casa le pertenecía a la familia Alonso, pero al morir el último hijo, la casa se le quedó a la sirvienta, quién la peleo y tras varios meses gano, pero murió inmediatamente y no la pudo reclamar.
  • Tras pleitos entre los trabajadores y el abogado de la sirvienta, la disputa llego al gobierno municipal, fue entonces cuando Mario Marín, entonces gobernador municipal de Puebla, la expropio. Actualmente la casa le sigue perteneciendo al gobierno.
  • La historia alfarera en el Barrio de la Luz, en Puebla, se remonta a 1689, cuando el capitán Gabriel Carrillo de Aranda instaló un obrador de loza en una de las calles del Barrio.
  • La cazuela más grande del mundo se elaboró en los talleres de la alfarería, hace aproximadamente 15 años. Midió 1,70 de alto por 1,80 de ancho. Costo $25,000 y se horneó en el horno mayor, el de ladrillo. Se presentó en el desfile del 5 de mayo.
  • El barro lo adquieren del municipio de Amozoc, se los entregan en forma de roca que ellos pulverizan y le agregan agua para poder trabajar el barro.
  • Existen 4 técnicas diferentes: la técnica de ‘manero’ que se enfoca a las cazuelas; está el tornero, que es el más difícil y el que trabaja los sahumerios; labrado y hoyuelo. Los maestros alfareros se especializan en alguna de estas técnicas, normalmente no dominan las cuatro.
  • Los artesanos trabajan diario 13 horas: de 6 am a 7 pm, con una sola comida al día, su desayuno.
  • 15 cabezas con familias dependen del oficio alfarero solo en esa casa.

REFERENCIAS

  • Que de dónde, amigo, vengo. Los orígenes de la loza estannífera o talavera poblana, 1550-1653 (2018) Emma Yanes Rizo. Secretaria de Cultura Instituto Nacional de Antropología e Historia.
  • La Producción Alfarera en el México Antiguo. Volumen 1 (2005) Beatriz Leonor Merino Carrión. Instituto Nacional de Antropología e Historia. CONACULTA.

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