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Tortilla ceremonial, rito, tradición y sabor con alma otomí

Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Arte, misticismo, tradición y gastronomía se conjugan en un mismo elemento gracias a la cultura ñha-ñhu (otomí) en la tortilla ceremonial, un disco de maíz decorado con hermosas figuras teñidas con tintes naturales y una práctica ancestral que, en todo el país, sólo se conserva en el municipio de Comonfort, en Guanajuato.

Estas tortillas elaboradas por las comunidades indígenas de la región se consumen como parte de un ritual para conmemorar fechas especiales, al santo patrono del lugar o para manifestar los acontecimientos de dicha que tienen las familias.

Las tortillas llevan ilustraciones alusivas a la naturaleza como animales, plantas u otros símbolos que cubren toda la superficie de la tortilla, tal como explicó en entrevista para LA CAMPIÑA Consuelito Venancio, cocinera tradicional y una de las principales representantes de la cultura otomí que se ha preocupado por preservar y promover la tradición de la tortilla ceremonial.

CONSUELITO, COCINERA DE HISTORIAS

Originaria de la comunidad de Delgado de Abajo, Comonfort, María del Consuelo Venancio Mesita ha dedicado poco más de una década a la difusión y enseñanza de esta costumbre, tanto así que ha logrando presentar los sellos que imprime en las tortillas en la ciudad del Vaticano.

Desde pequeña creció entre fogones, comales, comidas tradicionales y los rituales en torno a la tortilla ceremonial; ahora comprende que éstas no son sólo un alimento, sino que son un elemento artesanal que representa a la cultura otomí, que los moldes con los que se sellan cuentan historias y mantienen las tradiciones de sus ancestros.

De entre sus nueve hermanos, Consuelito fue la elegida por su madre, un año antes de partir de esta vida, para ser la heredera de los sellos de su bisabuela, esos con los que por generaciones su familia ha marcado el alimento que es una verdadera obra de arte.

Así como ella ahora transmite la tradición a sus cuatro hijos, aprendió de sus antepasados el respeto por la vida, los elementos de la naturaleza, las fechas, momentos especiales y sobre todo “a tratar a nuestra semilla (maíz) como un tesoro, como una parte tuya que le vas a ofrecer a la tierra porque vas a tener un mejor fruto y le vas a dedicar todos los cuidados”.

Por más, su labor como cocinera tradicional se ha extendido más allá de las cocinas, pues hace 10 años creó el grupo “Casita de Sueños”, donde empezó a enseñar a los niños música y danza tradicional otomí, canto, escultura, cerámica, teatro, literatura y también ha impartido talleres sobre las tortillas ceremoniales donde muestra la historia del maíz, el proceso para la masa, los sellos y los tintes naturales para pintarlas.

“Ha dado resultado la difusión de la gastronomía porque no nada más es beneficiado el que está haciendo la receta o la comida, sino también los talladores de sellos, los que hacen molcajetes, platos de artesanía, pero tiene que haber una unión y eso está dando resultado”.

LA CEREMONIA INICIA EN EL CAMPO

Consuelito, ganadora del primer lugar en la categoría de Mejor Platillo Tradicional con el platillo “Chile Viejo”, en el marco del III Encuentro de Cocina Tradicional del Estado de Guanajuato (2015), explicó que la elaboración de este alimento comienza en el campo.

Y es que para los otomíes la elaboración de la tortilla empieza desde el reconocimiento de la tierra, la siembra de maíces criollos y la bendición de las semillas hasta la elaboración de la masa con las técnicas ancestrales, la ceremonia del comal donde se cuecen y la bendición de las tortillas decoradas en tonos fucsias, azules y morados.

“Desde la selección de semillas yo me enfoco en agradecer y pedir que esa semilla que estoy desgranando manualmente con mi familia, la voy a llevar a que la reconozca la tierra”.

Pintar las tortillas es una de las primeras partes de los rituales de cosecha en los que se agradece el alimento recibido por parte de la madre tierra. El sello se fabrica con madera de mezquite y la tinta se obtiene del muicle, una planta medicinal a la que se agrega cochinilla u otros tintes naturales.

Si tiene un dibujo de palomas y flores es señal de que alguien se casó en la casa, la imagen de un águila representa un triunfo, si tiene guirnaldas puede ser la veneración de un santo o la llegada de un nuevo ser a la familia.

TORTILLA CEREMONIAL, IDENTIDAD OTOMÍ

Consuelito Venancio recientemente pisó tierras poblanas para impartir la conferencia “Preservar la tortilla ceremonial” como parte del diplomado “Latidos de la Cocina Tradicional Mexicana” que organiza el Centro de Lecturas, Escrituras y Memoria (LEM).

La misión al emprender el camino de promoción de las prácticas gastronómicas de los ñha-ñhu, dice, es “dejar la identidad de México en otras tierras a la vez de saber que el maíz de Guanajuato es diferente”.

Para ella, las tortillas ceremoniales no son sólo un producto gastronómico, sino un artes, y como tal procura que se sigan conservando “nuestras tradiciones porque México no solamente es un folclore de artesanías, sino también la esencia de cada uno de los productores”.

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