Raíces

Día de Muertos, festividad que honra el tiempo de cosecha

Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Las festividades de Día de Muertos realmente festejan la temporada de cosechas.

Tal como confirma el arqueólogo Eduardo Merlo, la época del Día de Muertos en realidad se trata de la celebración de una fiesta de cosecha, época en la que había que recordar a los antepasados por varias razones, dentro de ellas la más importante es que de ellos se heredó el cultivar de la Tierra.

La fiesta de origen mesoamericano remite a las concepciones del tiempo y el espacio de estos pueblos, además se debe recordar la estrecha relación que en aquella época se tenía con el maíz. En el calendario agrícola se marcan las etapas de la semilla y cada una es una celebración.

La primera es la siembra, la segunda es la petición de lluvias por los elotes y la última es la cosecha, aunque con la conquista se fusionó la tradición con la cultura española, por lo que ahora se asocian con algunos santos.

Se trata de fechas marcadas para grandes fiestas: la bendición de las semillas se liga con la Candelaria, donde se invoca a las lluvias con la Santa Cruz; la petición de los elotes con la Virgen de la Asunción San Miguel, donde se incorporan características de Tláloc y la lluvia; y finalmente la gran fiesta de la cosecha, con el Día de los Muertos.

Durante una rueda de prensa, Merlo mencionó que, en la época antigua los rituales con los que se conmemoraba a los muertos no se hacía en estas fechas sino un par de meses antes, ya que era cuando se cultivaban las tierras y se daba gracias a los dioses:

“Porque de ellos heredamos el cultivar, la tierra y después ellos abonaron la Tierra al ser enterrados y fructificaron, y nosotros en realidad comemos simbólicamente de ellos, quiénes fueron nuestros antepasados y sirven de abono a la Tierra. Por eso hay que celebrarlo, por eso hay que recordarlos y por eso hay que darles de comer”.

También mencionó que uno de los puntos focales de esta época y de esta celebración es la comida porque de acuerdo con las creencias prehispánicas los muertos sí salen del lugar en donde están para visitar a sus deudos vivos.

“De acuerdo con esas creencias esos muertos sí salen del lugar donde están; si están en el paraíso de Tláloc bajan a la Tierra, si están acompañando al sol bajan a la Tierra, y si están en el lugar de descanso, en el Mictlán, salen para visitar a sus deudos vivos. Es una comida extraordinaria para los muertos”.

Finalmente, recordó que luego de 500 años de la llegada de los españoles y la conquista, no han podido desarrollar de estas tierras las festividades siendo que el mundo prehispánico duró más de 30 siglos, mientras que el mundo occidental en el que nos incluyeron tiene apenas cinco siglos.

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