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Catrina, cacaricita, tornillo y probadita, medidas tradicionales para servir pulque

Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Catrina, cacaricita, tornillo y probadita, son algunos de los nombres que reciben los recipiente que formaban las medidas para servir el pulque, vasos y tarros de cerámica y vidrio elaborados en el Barrio de la La Luz, en el Centro Histórico de Puebla.

Maceta, prueba o camión son otras de las medida muy tradicionales que se utilizaban para servir esta bebida a finales de los sesenta, y es que para entonces, “el jugo de maguey era la bebida nacional antes de que nos llegará la cerveza y luego la Coca Cola. Lo normal era que la gente tomara un vaso de aquél elixir para mitigar la sed o por el simple gusto de hacerlo”, palabras del cronista de México Armando Jimenez.

Respecto a ello, Javier Gómez Marín, poseedor de la única y más grande colección de piezas en torno a la cultura del pulque, señala que los recipientes para servir el pulque, jugaron papel fundamental.

El coleccionista explicó en la conferencia “La cerámica y el vidrio Pulquero del Barrio de La Luz en la ciudad de Puebla”, la cual ofreció este fin de semana en Casa de Cultura en el marco de la Feria Artesanal, que el valor del pulque radica en que la forma de elaborar y fermentarlo es la mismo desde la época mesoamericana, es decir, desde hace miles de años se produce y se hace igual.

Señala que esta bebida ha superado 300 años del brutal conquista, Independencia, revoluciones, globalización, estandarización mundial de huéspedes por la gastronomía: “Podemos hablar de la Coca Cola que es igual en todo el mundo, los vinos que son iguales en todo el mundo. En el caso del pulque no (…), el pulque se produce y se comercializa de manera familiar como hace miles de años”.

Es justo esta forma de comercializar el jugo del maguey que hizo que los enseres lo mismo para transportarlo que para beberlo, tomaran gran relevancia, siendo que se despachaba en recipientes que con nombres como catrina, cacaricita, tornillo, maceta, prueba, camión o probadita, dependiendo el antojo o sed del consumidor.

En Puebla, dichos recipientes se elaboraban en el Centro, donde a partir de 1542 se empezó a producir vidrio en y exporta a todo el mundo. Fue el Barrio de La Luz el sitio donde se comenzaron a elaborar de forma industrial estas piezas.

Las formas de los trates no son fortuitos, sino que provienen de una tradición milenaria. La primera forma que se utilizó para consumir el líquido fue la “suma”, la cual era alguna hoja de maguey; otras más es la jícaras, unas piezas de forma cóncava para contener el líquido. El guaje es uno más, parecido a jícaras pero de gran tamaño.

De estas últimas destaca que fueron prohibidas durante la colonia porque eran objetos pesados que rondaban los 3 kilogramos; luego de un par de tragos, cuando había gresca, la gente terminada golpeándose con ellas. Después de ello, se fueron adquiriendo formas europeas,y rediseñando los modelos por algunos más complejos, como hacerlos con formas humanas y rostros. Ya en épocas modernas, se conservaron las jícaras o palanganas, formas más comunes.

Así como el pulque bebida fue la principal a consumir en un periodo de la historia en México, así de relevante fueron también para su folclore las antiguas medidas de pulquerías.

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