Agricultura

Cuatro leyendas latinoamericanas sobre el origen del maíz

El maíz es y continuará siendo uno de los cultivos más importantes de América Latina desde el punto de vista cultural, social, económico y alimenticio.

Redacción La Campiña

MÉXICO.- El maíz que fue domesticado en México y se esparció a lo largo del continente, donde las comunidades agrarias siguieron fomentando la diversidad y adaptándola a sus propias necesidades ecológicas y culturales. De esta forma, el maíz se convirtió no sólo en el principal alimento que nos ha acompañado –a través de la historia– y que seguramente lo seguirá siendo en el futuro; sino que también se volvió una creación cultural que hace inseparable al hombre y la planta.

  • Leyenda colombiana: Granitos de oro.  José era un indígena que durante todo el año tejía mantas de algodón para llevarlas a los mercados en tierras lejanas, e intercambiarlas por otros productos con gente de las comunidades vecinas. En el intercambio obtenía unos granitos de oro que guardaba celosamente en una bolsita de cuero… por temor a que se los robaran, decidió esconderlos, enterrándolos en la huerta y partió de nuevo a un viaje llevando más mantas. Durante su ausencia comenzaron a brotar de la tierra unas extrañas plantas que nadie conocía, justo donde José había enterrado los granitos…de las plantas surgieron unos hermosos frutos llenos de muchos granos dorados. La gente entendió que era un regalo de los dioses y procedieron a desgranarlos y molerlos.
  • Leyenda guatemalteca: El origen del Maíz. Los antiguos señores se alimentaban comiendo de una planta… que llamaban “madre maíz” (teocintle). Si no lo comían pasaban grandes penas. En una ocasión vieron a un gato montés comiendo unas cositas amarillas y le preguntaron qué cosa comía tan gustoso, y éste les dijo que eran granos de maíz que acarreaba de una cueva en la montaña Paxil. Cuando llegaron a la montaña, encontraron una cueva cuya entrada tenía una gran piedra que no pudieron mover. Por lo que solicitaron al hermano Rayo su ayuda, quien descargó su furia y la roca se abrió. Adentro de la cueva estaban las mazorcas que cada pueblo se llevó, de modo que ya no volvieron a usar teocintle para alimentarse, solamente maíz.
  • Leyenda salvadoreña: Origen del maíz. Cuentan los mayores de las montañas de El Salvador, que en tiempos lejanos llegaron a poblar esas tierras los cuatro colores del maíz en forma humana: el pinto, el blanco, el amarillo y el negro. Estos cuatro hombres y mujeres de colores estuvieron ahí cuatro temporadas de lluvias, en las cuales iban de un lugar a otro haciéndose más y sembrando la vida, haciendo nacer comunidades, sembrando maíz en empinadas laderas y cuestas, trabajando para arrancarle lo necesario a la Madre Tierra y preservar la vida que trajeron.
  • Leyenda mexicana: El origen del maíz. Se dice que el pueblo Huichol estaba cansado por la monotonía de su alimentación. Querían encontrar alguna planta que pudieran comer todos los días, pero de maneras diferentes. A un joven huichol le llegaron noticias de la remota existencia de una planta, llamada maíz, con cuyos frutos se podían preparar comida de manera muy variada. Al poco tiempo se encontró con una fila de hormigas, que eran las guardianas del maíz, y decidió seguirlas. Llegando así, hasta la Casa de Maíz, donde el muchacho conoció a las cinco hijas de la Madre del Maíz: Mazorca Blanca, Mazorca Azul, Mazorca Amarilla, Mazorca Roja y Mazorca Negra, que simbolizan los cinco colores sagrados del maíz. La Madre del Maíz le pidió que escogiera a una de sus hijas y él tomó a la Muchacha del Maíz Azul, la más bella y sagrada de todas y regresó a su pueblo con ella. Los Ancianos cuentan que Mazorca Azul, después de haber enseñado todo lo que ella sabía, se molió ella misma y es de esta forma que los hombres conocieron el excelente atole, una bebida caliente que se prepara con granos de maíz.

Está visto que el maíz (o sentli, sara, jank’a o avati, como se le nombra en las lenguas Nahuált, Kichwa, Aymara y Guaraní respectivamente) es y continuará siendo uno de los cultivos más importantes de América Latina desde el punto de vista cultural, social, económico y alimenticio. De ahí que se haya establecido una relación simbiótica muy estrecha y fuerte, entre este cultivo y muchas de nuestras expresiones como sociedad.

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