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Ikpatl, bordados de Puebla: herencia de la sierra norte preservada por mujeres

Janet González Jiménez

PUEBLA, MÉXICO.- Los diseños y bordados textiles de mujeres de pueblos originarios, son el reflejo de costumbres, tradiciones y cosmovisión de nuestros ancestros, que se ha transmitido de madres a hijas durante generaciones; es por ello que Lizeth Alvarado Molina, creo la página en Facebook, “Ikpatl: bordados de Puebla” para acercar a los interesados en estos diseños a sus creadoras.

“Ikpatl es la oportunidad de adquirir una prenda bordada por artesanas poblanas, además de adquirir una prenda única, contribuyes a la economía familiar de mujeres bordadoras”, explicó Lizeth Alvarado Molina, fundadora del proyecto y de la página en Facebook.

Ikpatl, que significa hilo en náhuatl, es una tienda en línea que ofrece prendas bordadas por doña Esperanza Apolinar, originaria de Tepango de Rodríguez quien utiliza la técnica de punto de cruz y por doña Angelina Varela  de Xochitlán, quien trabaja el pepenado y el bordado con chaquira.

En entrevista para La Campiña, Alvarado Molina, expresó que existen diversos obstáculos para las artesanas, uno de ellos es que cada vez son menos las mujeres que se dedican a bordar, sin contar que el “intermediarismo” las afecta directamente pues se le paga poco por el trabajo que hacen; además de que no hay difusión por parte de las autoridades gubernamentales para que la gente compre una prenda original y no acepte imitaciones.

“Al inicio fue difícil, empezamos con tres prendas para ver la demanda que tenían. Desde entonces las ventas han variado, pero me han pedido blusas desde Estados Unidos y diferentes estados del país. Cada vez tenemos más aceptación, pero todos los días es una lucha incansable para dar a conocer nuestros productos, que son una obra de arte”, señaló.

Lizeth, es una joven de 25 años, originaria de Cuetzalan del Progreso, ubicado al  noreste de nuestro estado; orgullosa de su herencia cultural y preocupada por la situación de las artesanas bordadoras de su comunidad, decidió emprender un negocio en línea en mayo de 2019 con la finalidad de ayudarlas a acercar sus prendas al público.

“En cada bordado, las mujeres plasman el significado de la naturaleza que les rodea, el amor a la sierra norte; imprimen su cosmovisión y la de nuestros ancestros. Cuando alguien usa una blusa porta  también nuestras raíces”, expresó.

Añadió que al adquirir una prenda  se da valor a nuestra herencia cultural, además de ser una venta justa porque el dinero va directamente a la realizadora de la ropa y no pasa por los intermediarios.

“Debemos apreciar el trabajo que realizan estas mujeres; hacer una blusa les toma dos semanas o más, y si es bordada con chaquira les lleva hasta seis  semanas dependiendo de lo complejo del diseño; eso es lo que debemos valorar y no andar regateando o pedir rebajas”, resaltó.

Finalmente, concluyó que el proyecto para este año, además de dar cabida a más mujeres bordadoras para que puedan ofrecer sus prendas bordadas; es la de innovar con nuevos productos y con ello ampliar la oferta a hombres y niños, pues actualmente sólo venden prendas para dama y niñas.

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