“Sanctorum”, película sobre la transformación del campo mexicano en producto del narcotráfico
PUEBLA, MÉXICO.- En los campos donde antes crecía el maíz, trigo o frijol hoy crece mariguana y amapola, gracias a las mismas manos de los campesinos mexicanos que, frente una segregación social, falta de oportunidades y pagos injustos por las cosechas de alimentos, se han visto obligados a entrar en la red del narcotráfico.
La situación, más que convertirlos en narcotraficantes, los convierte en víctimas tanto del gobierno como del crimen organizado, asegura Joshua Gil, director poblano creador de la película Sanctorum, un filme contextualizado en el México rural donde se retrata la violencia y segregación que sufre en el país este sector poblacional.
La reseña del largometraje indica que transcurre en un pueblo rural de México, una zona donde la situación, derivada de la incesante violencia y corrupción, se ha vuelto una alarmante realidad. Los pobladores están aterrorizados pues han sido víctimas constantes tanto de los narcotraficantes como del Ejército, sufriendo el desdén de las autoridades.
En entrevista con LA CAMPIÑA, el recientemente galardonado en el Cinélatino Rencontres de Toulouse por este filme, señaló que luego de que hace años conoció por medios periodísticos sobre familias que trabajaban en campos de cultivo, se interesó por el tema y decidió abordarlo en un trabajo cinematográfico.
“Hace algunos años encontré una nota del Washington Post o The New York Times donde planteaban a través de un reportaje profundo lo que está sucediendo en el campo mexicano y en el que se habían encontrado familias, mujeres y niños trabajando en el cultivo de amapola”.
Ente otras narrativas que maneja la película, resalta la de los campesinos, respecto a lo cual el creador señaló que el campo en México se encuentra en una situación de precariedad, desigual con respecto los derechos laborales, economía, cultura; situación de letargo que obliga a quienes se dedican a ello a buscar la manera de sobrevivir día a día.
“Es una estructura muy frágil en la que ellos se ven en la necesidad de buscar cómo salir adelante y es un problema que yo creo que es bastante añejo y es probable que no tengamos una solución pronta”.
Dijo que las circunstancias de precariedad para los campesinos en el país es una situación añeja que se ve alejada de una solución, pues “yo creo que es un problema que se tiene que estudiar, analizar, encontrar varias formas de combatirlo, porque no solamente es un asunto económico sino que también tiene que ver con el narcotráfico, tiene que ver también con la migración, las herencias familiares de cómo se van formando los campesinos. Finalmente recuperar al campo mexicano puede tardar mucha sexenios, creo que es un tema que va a permanecer en auge durante 200 años”, señaló.
Añadió que a pesar de que las personas del campo entran en la red de narcotráfico, siendo el cuidado de la siembra y la cosecha uno de los eslabones más fuertes de la cadena, los campesinos continúan marginados, porque terminan vendiendo su producto mucho muy barato mientras que los narcos lo revenden a precios verdaderamente elevados.
EL APUNTE
El segundo largometraje de Gil fue estrenado en el XVII Festival Internacional de Cine de Morelia (2019). Éste no ha sido exhibido en Puebla ya que el recorrido que se tenía previsto tuvo que ser suspendido por la contingencia de Covid-19, pero el director confío en que pueda ser presentado en esta ciudad antes de que finalice el 2020.