Cinco años de etiquetado frontal: avances y desafíos en la lucha contra la obesidad
La lucha contra la comida chatarra no ha terminado

MÉXICO.- A cinco años de la implementación del etiquetado frontal en alimentos ultraprocesados en México, las tasas de obesidad han mostrado una desaceleración y cada vez más consumidores utilizan los sellos de advertencia para tomar decisiones informadas sobre su alimentación. Sin embargo, expertos advierten que la lucha contra la comida chatarra no ha terminado.
Durante el foro “Etiquetado frontal de advertencia: 5 años protegiendo la salud pública y los derechos humanos”, especialistas del Instituto Mexicano de Salud Pública (INSP), la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), El Poder del Consumidor y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) coincidieron en la importancia de mantener y fortalecer esta política pública.
Vital, que la sociedad comprenda nuevo etiquetado frontal de alimentos
De acuerdo con Alejandra Contreras, del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP, la tasa de obesidad en México pasó de 36.1% en 2018 a 37.1% en 2023, un aumento menor en comparación con periodos previos. Contreras atribuye esta desaceleración, en parte, al impacto del etiquetado frontal.
Los sellos que advierten sobre el exceso de sodio, azúcares y calorías han llevado a más de la mitad de la población a modificar sus compras. En particular, el 80% de los padres de familia han reducido la adquisición de productos con edulcorantes y cafeína, evitando que sus hijos los consuman. Otros grupos que han cambiado sus hábitos son:
- Personas con “esfuerzos saludables”: 75%
- Adultos en general: 67%
- Adultos con tres o más enfermedades crónicas: 61%
También se ha registrado una reducción del 3% en el consumo de refrescos y un aumento del 5% en la ingesta de agua natural. Además, se ha reducido el consumo de azúcares (-15%), grasas saturadas (-10%) y sodio (-5%).
Resistencia de la industria
Uno de los cambios más significativos ha sido la eliminación de personajes infantiles en productos con sellos de advertencia, lo que ha contribuido a desincentivar su consumo entre niños. No obstante, la industria alimentaria ha buscado estrategias para evadir esta regulación, como incluir personajes en productos sin sellos, como sopas instantáneas y harinas para atole.
Según Simón Barquera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP, si la política de sellos se mantiene y la industria cumple con la regulación, podrían evitarse 1.3 millones de casos de obesidad y reducirse en 1,800 millones de pesos los gastos en salud pública. Sin embargo, alertó que las empresas continúan promoviendo sus productos mediante torneos, publicidad en redes y estrategias en puntos de venta.