Agricultura

Urgente impulsar y fomentar acciones que nos permitan mejorar la condición del suelo

Los suelos son fundamentales para la vida en la Tierra, de ahí que una gestión cuidadosa y racional debe ser un factor esencial y necesario para una agricultura sustentable

Redacción La Campiña

MÉXICO.- El suelo es esa delicada alfombra que recubre la corteza del planeta y que de acuerdo a especialistas, puede variar de grosor, desde unos pocos centímetros hasta varios metros.

Es un recurso esencial que nos permite satisfacer nuestras diversas necesidades, que van desde la básica como es la producción de alimentos, pasando por la generación de biomasa, fibra, forraje –entre otros-,hasta la prestación de servicios ecosistémicos que son fundamentales para regulación y el abastecimiento de agua, regulación del clima, conservación de la biodiversidad y servicios culturales. Sin olvidar que también aporta el espacio vital en el que habitamos.

Sin embargo -y a pesar de su importancia- hemos hecho una gestión inadecuada del suelo, lo que lo ha expuesto no sólo a presiones, sino también a límites críticos, que hoy es necesario considerar.

Consejos para un mejor aprovechamiento de suelos

Es por ello que es relevante que tengamos en cuenta cuatro preguntas básicas para que comprendamos mejor la magnitud del Día Mundial del Suelo, pero sobre todo, para impulsar y fomentar acciones que nos permitan mejorar la condición de este recurso.

  1. ¿Qué procesos impulsan la degradación del suelo? La degradación se define como un cambio en la salud del suelo que provoca una disminución de la capacidad del ecosistema para producir bienes o prestar servicios para sus beneficiarios. Son varios los fenómenos que contribuyen a esta degradación, entre los que se encuentran: la deforestaciónel crecimiento demográfico que ha incrementado la demanda de alimentos y en muchas áreas su sobrexplotación; la expansión de las ciudades que ha invadido tierras agrícolas de buena calidad; la contaminación y eliminación de residuosel cambio climático con sus efectos en la disponibilidad de agua, en la modificación del patrón de precipitación y en el incremento de temperatura y; las prácticas de manejo del suelo insostenibles.
  2. ¿Cuáles son los tipos de degradación del suelo? Entre las más comunes están: la pérdida de biodiversidad, que es una declinación en la diversidad de los micro y macro-organismos presentes en el suelo, con efectos en la disponibilidad de cultivos y en la reducción de capacidad para la restauración de los suelos degradados; pérdida de carbono orgánico que es crucial para la salud y fertilidad del suelo; la salinización y sodización (que es el alto contenido de sales y sodio) con resultados negativos para el crecimiento vegetal y los rendimientos agrícolas, además de hacer los suelos improductivos; el desequilibrio de nutrientes que ocurre cuando se suministran químicos y/o fertilizantes orgánicos de forma insuficiente o excesiva; la compactación del suelo que impide la penetración de las raíces y el intercambio de agua y gases de los cultivos; el sellado de suelos que es la cobertura permanente de un área del suelo por material artificial impermeable (como asfalto y concreto); la contaminación, que es la adición de productos químicos o materiales al suelo que pueden ocasionar consecuencias desfavorables sobre cualquier organismo o funciones del suelo; la acidificación, que afecta directamente el proceso de absorción de nutrientes por parte de  las plantas y; la erosión, que a pesar de ser un proceso natural provocado por el agua, el viento y la labranza, se acelerado por la acción humana.
  3. ¿Cuáles son las consecuencias de la degradación del suelo? Es un hecho que las modificaciones negativas que se producen en el suelo –sobre todo por la acción del hombre- tienen un efecto de cascada, con implicaciones en el ambiente y en la calidad de vida de las poblaciones. Algunas de estas consecuencias se manifiestan como: escasez de agua, inseguridad alimentaria y nutricional; aceleración del proceso de cambio climático, generación de pobreza, inseguridad social y migración, además de la reducción de los servicios ecosistémicos.
  4. ¿Cuál es la solución? La gestión sostenible de los suelos. En los últimos años la comunidad internacional ha puesto énfasis en toda una serie de prácticas, métodos y acciones de política, para tratar de detener la degradación y hacer un mejor uso de este recurso. Entre estas destacan las siguientes: una gobernanza inclusiva del suelo, aumentar la inversión en la gestión sostenible de los suelos, establecer y fomentar  sistemas de información de suelos, desarrollar capacidades y fortalecer los sistemas de extensión sobre los suelos, restaurar y rehabilitar suelos degradados, implementar la planificación del uso de la tierra, aumentar el contenido de materia orgánica del suelo, mantener la superficie del suelo cubierta; usar los nutrientes sabiamente, hacer labranza mínima, rotación de cultivos, reducir la erosión y la eliminación adecuada de residuos.

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Los suelos son fundamentales para la vida en la Tierra, de ahí que una gestión cuidadosa y racional debe ser un factor esencial y necesario para una agricultura sustentable, de modo que permita salvaguardar los servicios ecosistémicos, la biodiversidad, pero sobre todo, que nos garantice la seguridad alimentaria para las próximas generaciones.

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