Inteligencia artificial ayuda a entender el cambio climático
Fotografía: Especial
MÉXICO.- Con datos en tiempo real y de acceso abierto se puede monitorear, así como modelar y gestionar los sistemas ambientales a una escala y velocidad que antes no era posible, desde la deforestación ilegal, extracción de agua, pesca y casa furtivas hasta el cambio climático, respuesta a los desastres naturales o agricultura. En esas áreas, la inteligencia artificial puede ayudar, afirmó Marian Scott, de la Escuela de Matemáticas y Estadística de la Universidad de Glasgow, Escocia.
Los estadísticos están impulsados por la curiosidad.
“Queremos comprender los patrones ambientales que podemos observar en los datos que recopilamos; se trata de crear conocimiento y mejorar la comprensión, de explicar”, señaló la especialista.
Queremos trabajar de manera oportuna, en tiempo real, y hacer inferencias; esta tecnología puede ayudar en áreas de acción prioritaria como contaminación del aire, biodiversidad y conservación, océanos, seguridad hídrica, aire limpio, clima y resiliencia ante desastres, abundó.
Al dictar la conferencia “Una visión digital de la tierra. Post COP, ¿A dónde vamos?”, la científica señaló que los modelos estadísticos se utilizan para entender, explicar y predecir, para encontrar herramientas de modelado computacionalmente eficientes.
“Lo que está revolucionando, lo que hacemos, es la capacidad de acceso a datos satelitales, drones y sensores automáticos”.
Al participar en el ciclo de conferencias “Consorcio Universidades por la Ciencia”, organizado por Fundación UNAM y esta agrupación de instituciones educativas de México, Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, España, Argentina y Chile, Marian Scott expuso: la ciencia de datos está contribuyendo a la forma en que gestionamos el planeta en el que vivimos.
La profesora de estadística ambiental mencionó que cambió la forma en que medimos y monitoreamos el medio ambiente y abrió oportunidades para que los estadísticos, científicos y analistas de datos contribuyan al debate público y político en torno a temas como el logro de cero emisiones netas de carbono.
TIERRA DIGITAL
En la sesión, Scott dijo que uno de los grandes desafíos en el área son los flujos de datos que se generan, “mucho más rápido que antes”. Tenemos una “inundación” de los mismos, pero a veces no es exactamente lo que se desearía: ¿estamos aprovechando al máximo estos flujos?, ¿la tierra digital es realmente una visión de un entorno totalmente cuantificado, con ecosistemas que podemos modelar matemática y computacionalmente?, cuestionó.
La tierra digital es descrita como una réplica interactiva del planeta que puede facilitar un entendimiento compartido de las múltiples relaciones entre los ambientes físico y natural, y la sociedad. “Si la imaginamos como un modelo del sistema, entonces necesitará ser constantemente actualizado con datos. Ellos serán realmente importantes”, apuntó.
Pero su naturaleza se transformó; hoy, son grandes y complejos todo el tiempo y rara vez se recopilan manualmente, como se hacía antes y, por el contrario, se utilizan satélites, sensores, drones, etcétera, tecnología que además se actualiza constantemente, refirió Marian Scott.
El investigador emérito en el Instituto de Geofísica e integrante de la Junta de Gobierno, Jaime Urrutia Fucugauchi, recalcó que ese tema no es sólo particularmente interesante, sino que se relaciona con el calentamiento global y la reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26).