Columnas

Comer en fondas

En algunos países de América Latina, estos espacios se llaman Tabernas, hostelerías o ramadas

Luisa Rentería

¿Por qué comer en fondas y presumirlo en redes sociales se ha vuelto tan popular? Bien podría ser por la cultura de documentar absolutamente todo; porque necesitamos demostrar que somos personas “reales” que comen en fondas; porque la comida de esos espacios evocan el sazón de hogar o simplemente porque queremos. Sea cual sea la motivación para hacerlo, comer en una fondita se ha vuelto una actividad muy presumida en redes sociales.

¿Qué es una fonda? En México es un espacio donde se vende y ofrece comida casera que normalmente tiene a su mando una pequeña cantidad de trabajadorxs, si acaso los indispensables: cocinerxs, meserxs y dueñxs. La tarea de limpiar y lavar trastes, se la dividen muchas veces entre lxs cocinerxs y meserxs y en ocasiones, lxs mismxs dueñxs del lugar pueden atender las mesas.

Aunque el origen de las fondas es un poco incierto, la realidad es que se situaban en zonas específicas para recibir a viajeros que pudieran descansar y comer algo reconfortante. En algunos países de América Latina, estos espacios se llaman Tabernas, hostelerías o ramadas.

Fonda Doña Marta, en el Mercado El Parral, Puebla.

 

En España, donde algunos autores afirman que aparecieron en el S . XVIII, las fondas eran espacios que además alojaban a los visitantes: tenían habitaciones, y espacios de juego y bares.

En México, las fondas, o también llamadas “cocinas económicas” ofrecen comida por tiempos: entrada, plato fuerte y postre, por eso también se les llama “comida corrida” porque los platos se sirven uno detrás del otro, casi inmediato que se ha terminado de comer el primer plato, sin dejar tiempo ni espacio para digerirlo.

Existen lugares que ofrecen hasta 4 o 5 tiempos, incluyendo aguas frescas de sabor y pan o tortillas. La fama de estos lugares es lo accesible que puede ser comer, pues hay establecimientos que ofrecen comidas completas por mucho menos de $100, donde incluso, de una sola comida pueden comer dos personas.

Algunos datos sobre las primeras fondas en México son señaladas por el historiador Juan Ortega y Medina, donde menciona que con la llegada de algunos estadounidenses al puerto de Veracruz, y donde buscaron estancia en Jalapa (ahora Xalapa): junto al portón del mesón, se halla la fonda, la parte destinada al servicio de la comida”, esto en el S. XIX[1]

Más tarde, aparece “Comer bien en la Ciudad de México: Puestos, Fondas y Restaurantes”, de Nicholas Gilman, quien menciona que “la falta de información y promoción que existe en los buenos establecimientos de alimentos y bebidas en México es gracias a que nadie habla de ellos o nadie los documenta. Nicholas Gilman, explica que “decidió crear su guía principalmente para capturar los lugares que tienen menor atención del público, pero que ofrecen una buena calidad tanto en sus alimentos como en su servicio.”

Finalmente, comer en fondas nos traslada a la comida en casa, pues es lo mismo que podemos obtener comiendo en el hogar.

[1] Juan Antonio Ortega y Medina. Zaguán abierto al México Republicano 1820-1830

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