En el sazón se encuentra la historia familiar y particularidad de cada mole
PUEBLA, MÉXICO.- “Cuando yo sea grande, voy a aprender a hacer mole como ella”. Este fue uno de los deseos que la señora Lorenza Rodríguez Díaz tuvo de niña, cuando veía a su abuelita cocinar grandes y pesadas ollas de mole. Ahora que es adulta y sabe cocinarlo, le corresponde a ella prepararlo.
Doña Lorenza pertenece al Ejido de Tuliman (Potrero de Quetzalapa), una pequeña comunidad al norte de Zacatlán que, aunque es de las más pobladas de la región, cuenta apenas con un par de cientos de habitantes.
“Yo sí soy muy fanática del mole”, asegura mientras sazona la pasta oscura a vuelta y vuelta de la pala en la cazuela, cocinado a pura lumbre de leña de encino.
Igual que ella Lorenza, Cecilia Morales, otra cocinera del municipio, aprendió a cocinar el mole por enseñanzas de su abuela, por eso sabe la cantidad exacta de manteca, chocolate, chiles y condimentos que debe llevar esta preparación.
Ambas estuvieron presentes en el Primer Festival del Mole Poblano que se llevó a cabo este fin de semana en el centro de Zacatlán, donde se reunieron con otras 20 cocineras con historias similares en su forma de aprender a hacer esta receta típica del estado.
Si bien el platillo final es el mismo, cada receta y sazón es diferente dependiendo de la tradición familiar, lo que ha hecho que entre las cocineras haya algunas que han recibido premios nacionales e internacionales por su forma de preparación.
Durante el festival que recibió a propios y visitantes, se vendieron cerca de 4 mil platillos de mole preparados en diferentes formas, desde el clásico mole de guajolote acompañado con arroz rojo, las enmoladas, hojaldras de mole, tlayoyos bañados en este guiso, tamales rellenos y bañados en esta pasta, chilaquiles de esta salsa dulce y hasta helado de mole.
La primera edición del Festival del Mole Poblano en Zacatlán, formó parte del Festival de los Muertos que organizó el municipio para reactivar, a partir del turismo gastronómico, la economía del lugar.
