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Consumidores desconfían de prohibición de bolsas de plástico en comercios

Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- La eliminación de las bolsas plásticas de un solo uso de las tiendas comerciales es una buena iniciativa pero que está mal manejada,   siendo que se continúan usando para transportar ciertos productos y los centros comerciales tienen la oportunidad de lucrar con la venta de bolsas de otros materiales, así lo consideraron usuarios a una semana de que comenzara la campaña de prohibición de su uso para traslado de mercancías.

A partir de este primero de enero, en Puebla inició la campaña para la iniciativa de prohibición del uso de popotes, unicel y bolsas de plástico para el traslado de mercancía en tiendas de autoservicio, que fue aprobada por el Cabildo en 2019 y que entrará en vigor el primero de abril de este año.

Usuarios de diversas tiendas comerciales de la ciudad señalaron a LA CAMPIÑA que si bien la iniciativa es favorable se encuentran muchas incongruencias en la práctica, tanto por las tiendas comerciales  como por los compradores.

Jadidt De David, ama de casa, opinó que la circunstancia podría tornarse en una situación lucrativa para los comercios, pues venden a las supuestas “bolsas orgánicas” cuando es  su obligación proporcionar en qué transportar los artículos.

“Es una buena iniciativa que está mal manejada, ahora ya no dan bolsas plásticas y su obligación es darle al consumidor en qué llevar sus compras. Ahora resulta que ellos venden bolsas ecológicas entre comillas, es negocio también para estas tiendas (…). Sí está bien pero deberían de regalarlas a partir de cierto monto de compra, me parece una buena opción”.

Además tachó de “hipócritas” este tipo de acciones porque aún se siguen poniendo bolsas plásticas pequeñas para transportar productos como la fruta, verdura o jamón, por lo que, dijo, “realmente no tiene mucho sentido,  habría que tener congruencia”.

Víctor Pérez, otro usuario, aunque señaló como buena la iniciativa, atribuyó el arraigo de las personas por este tipo de materiales a la practicidad, por lo que consideró que el volver a prácticas de antaño como el uso de recipientes de otros materiales como el vidrio, el cartón o materiales de fibras naturales, que tienen mayor vida útil, es difícil:

 “Qué bueno que haya iniciativas de ese tipo, hay que empezar por algo, pero se sigue usando mucho, en las tiendas ya no te van a dar pero si vas a comprar azúcar o huevo te da una bolsa, antes se compraba el huevo o el pan en canastitas y no creo que regresemos a eso porque la gente trata de buscar lo práctico, y así va a ser difícil”.

De igual modo, apuntó que a fin de cuentas la circunstancia se mueve en términos económicos, pues el sustituir las  bolsas de plástico por otras de fibras orgánicas, resulta más costos, “son muy caros y procesarlos es muy caro y los renovarlos por otros que son de este uso también resulta caro. Todo impacta en la economía”.

Una consumidora más, coincidió en que la campaña es favorable, aunque lo que realmente falta para que se logre un cambio de impacto es cultura medioambiental

“Nos falta mucha cultura para aceptar el cambio (…), estas prácticas creo que podrían implementarse desde la ciudadanía empezando por llevar nuestros contenedores para alimentos, nuestras bolsas para el mandado”.

Finalmente, los usuarios coincidieron en que la ciudadanía tiene que tomar conciencia de las afectaciones  que tiene el uso en la vida cotidiana de los plásticos, pues depende mucho del consumidor ser responsable para cambiar las prácticas diarias hacia unas que no dañen al medio ambiente.

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