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Documental “Six dollar cup of coffee” debate sobre el café de México

Notimex

MÉXICO.- Las historias que se desconocen detrás de una taza de café, son las que narran los directores Andrés Ibáñez Díaz y Alejandro Díaz a través de su documental A six dollar cup of coffee, que tras un recorrido festivalero internacional, se estrena en las salas de México.

El filme se concentra en una familia tzeltal que labora en una cooperativa del estado de Chiapas con la tendencia del café de especialidad en Seattle, Estados Unidos. Los personajes cuestionan los paradigmas de calidad en el mundo del café al tiempo que una plaga destruye los cultivos.

“Optamos por un documental de este tipo porque somos consumidores exagerados en café, llegamos a beber de cinco a seis tazas al día. Y aunque nos gusta mucho, no sabíamos a bien de dónde venía ni lo que implicaba esta bebida”, explicó Andrés Ibáñez Díaz.

Para llegar a la región donde se siembra el café, dijo, fueron 12 horas de viaje. “Lo primero que encontramos fue una ceremonia sincrética entre Maya y católica de la primera piedra que estaban poniendo de la planta cafetera y nos adentramos a la cosmogonía”.

Los indígenas que producen el café se hallaban en un proceso de resiliencia, de alzamiento. Eran personas que lejos de verse como víctimas, se veían como prendedores. “Y sus historias nos volaron la cabeza, porque pensamos que debían darse a conocer al mundo”.

Alejandro Díaz expuso que A six dollar cup of coffee no es un documental que haga sentir mal a la gente por tomar café, que diga este es el bueno y el que tú tomas no lo es.

“Lo que pretendemos es iniciar una conversación. Que quien bebe café lo mire con ojos instintos y revise la etiqueta antes de consumirlo o que cuando tenga antojo de un café analice si es correcto ir a la cadena de tiendas que lo vende o caminar una cuadra más y comprarlo en la cafetería del vecino”.

Mencionó que el panorama del café es complejo. No hay buenos ni malos, sólo se trata de analizar las decisiones que se toman para beneficiar al café mexicano y a sus productores.

“Esta película puede ser un buen punto de partida para quienes amamos el café y a quienes les importa el campo. A nosotros nos preocupa nuestro campo y nos gusta el café. Queremos que se abra un debate alrededor de las decisiones que estamos tomando”.

Andrés Ibáñez Díaz explicó que el café que se adquiere, aunque sea extranjero, es sembrado y cosechado por indígenas de algún pueblo, ya sea del Ecuador o de México.

“No tenemos idea de quién está pagándole a los productores, pero es una cadena de intermediarios que, por lo regular, lo pagan a muy mal precio. Lo que nosotros mostramos es de dónde viene, les decimos que hay cafeterías sirviendo café de excelente calidad”, subrayó.

“El café que se produce en México, ya sea en Veracruz, Nayarit, Chiapas, Oaxaca o Puebla, es de buena calidad y mucha veces nos lo venden como extranjero porque hubo intermediarios en el proceso de compra. Así pasa con la ropa o los tenis que están hechos en países asiáticos y creemos que son de aquí”.

A los realizadores Andrés Ibáñez Díaz y Alejandro Díaz les tomó cinco años hacer el largometraje que se exhibió en festivales de La Habana, Vancouver, Alemania, Turquía, España, Checoslovaquia; Querétaro y Guadalajara en México.

“Aprendimos a ser pacientes porque el documental se movía a los ritmos completamente distintos al nuestro, porque estábamos mucho más orientados al ritmo de la tierra y del campo, teníamos que esperarnos a que hubiera cosecha del café y para que eso ocurriera, había que pasar un año. Fue un proceso largo, pero nos llenó de satisfacción”, concluyó Alejandro Díaz.

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