Agricultura

Impulsa la BUAP cultivo y consumo de hongo Pleurotus en zonas marginadas

Redacción La Campiña

PUEBLA, MÉXICO.- El Laboratorio de Biotecnología, antes de Micología, de la BUAP estudia y produce el inóculo del hongo Pleurotus ostreatus, conocido comercialmente como seta, oreja de ratón y hongo de maguey, para que familias de escasos recursos lo cultiven en pequeños espacios, aprovechando residuos agrícolas como pajas, restrojos, cortezas de árboles o aserrín.

Este hongo se caracteriza por no ser patógeno y alimentarse de materia orgánica en descomposición, como madera y residuos agrícolas, tiene un excelente perfil nutricional y según la especie alcanza diferentes rangos de proteína (10–40 por ciento), explicó en entrevista el titular de este laboratorio, el doctor Marco Antonio Marín Castro.

EL IMPACTO

Para acceder a esta tecnología, el Laboratorio de Biotecnología genera la semilla o inóculo de buena calidad que proporcionan a  los productores a un costo muy accesible ─70 por ciento más económico que el costo comercial─, además de capacitarlos para el cuidado y aprovechamiento de este material biológico, que tiene la ventaja de reproducirse en residuos y generar un alimento que mundialmente está muy bien catalogado.

Hay muy buenos resultados y se ha logrado difundir este cultivo en zonas con pobreza extrema como el municipio de Tepeyolotl, en la Sierra Negra del estado, así como en Xochitlán de Vicente Suárez, Ixtepec, Huachinango y Metlaltoyuca en la Sierra Norte de Puebla.

También se logró producir en otros municipios como Esperanza, Santa Catarina Buenos Aires, Quecholac, San Antonio Cacalotepec, Cuyuaco y Nealtican, así como en las comunidades de Santa Catarina Tehuixtla del municipio de Atexcal y San Padro Teyuca de Tepeojuma, en  la Mixteca poblana.

Respecto al mecanismo de cultivo, señaló que se requiere un espacio de producción muy sencillo, puede ser desde una cesta hasta una cubeta de plástico. Este módulo rústico debe albergar el proceso de cultivo utilizando residuos agrícolas como bagazos, rastrojos, aserrines de madera, fibras de maguey tequilero o de bambú, pasto, pajas de cereales, tallos de cultivos de haba o huauzontle, entre otros. Lo importante es que estén secos y limpios para que el espacio pueda conservar la humedad.

EL APUNTE

El cultivo de este hongo, a partir de una tecnología sencilla, económica y limpia, ha permitido a familias de escasos recursos mejorar su alimentación y generar ingresos económicos de forma sencilla y segura, logrando una contribución más de esta Universidad y del conocimiento que genera en favor de la sociedad.

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