Agricultura

Las chinampas de la CDMX forman parte del Patrimonio Agrícola Mundial

Redacción

El sistema agrícola Chinampero de la Ciudad de México es uno de los trece nuevos entornos paisajísticos, mismo que fue reconocido el pasado 19 de abril como Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO.

El sistema agrícola de chinampas es un conjunto articulado de islas flotantes artificiales, construido de forma tradicional basado en sabiduría oral transmitida desde la época de los aztecas, así lo indicó la FAO en su página de internet.

Las chinampas ubicadas en  Xochimilco y Tláhuac comprenden más de dos mil hectáreas en las cuales trabajan cerca de 12 mil personas cultivando principalmente hortalizas y flores, incluyendo 51 especies agrícolas domesticadas y 131 especies de plantas ornamentales.

El sistema se destaca por tener una gran biodiversidad: Alberga el 2% de la biodiversidad mundial y el 11 % de la biodiversidad nacional con 139 especies de vertebrados, 21 especies de peces, seis anfibios, 10 especies de reptiles, 79 de aves y 23 especies de mamíferos.

Destaca también por preservar conocimientos y tecnologías agrícolas ancestrales, pues los agricultores chinamperos conservan técnicas tradicionales de cultivo prehispánicas que se han transmitido de manera oral: en las chinampas aún se pueden encontrar cuatro de los cinco principales cultivos usados por los aztecas: maíz, frijol, calabaza y amaranto.

Las chinampas son una fuente importante de alimentos para una de las ciudades más pobladas del planeta, generando 40 mil toneladas de producción agrícola al año

Además, estas comunidades han demostrado poseer una enorme resiliencia, con una gran capacidad de adaptación frente a cambios como la urbanización, convirtiéndose no sólo en zona productiva, sino también de interés turístico y cultural.

Se trata de un paisaje agroecológico único con 406 kilómetros de canales que provee múltiples servicios ecosistémicos a la Ciudad de México y que sabe hacer uso de especies como el sauce nativo –ahuejotes- como cercos vivos, barreras contra el viento y hábitat para insectos y aves.

La evidencia indica por ahora que la designación de estos sitios como patrimonio agrícola mundial puede ayudar a conservar la biodiversidad y salvaguardar variedades de cultivos en peligro, lo que beneficia a la seguridad alimentaria a nivel mundial, y permite revitalizar las culturales locales, crear empleo y promover el turismo.

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