El ayocote: un frijol “gordo” con súper poderes nutricionales
Especialistas de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, de la UNAM, desarrollan una línea de investigación para determinar la densidad de siembra, dosis de fertilización de nitrógeno, fósforo, potasio y otros elementos.

MÉXICO.- Puede que no lo veas seguido en el súper, pero el frijol ayocote —originario de México y con un nombre que viene del náhuatl ayecotli (frijol gordo)— está empezando a brillar gracias a la ciencia. Especialistas de la FES Cuautitlán de la UNAM, José Luis Sánchez Millán y Elsa Gutiérrez Cortez, están estudiando todo lo que este grano puede aportar a nuestra salud… y ¡es bastante!
Aunque es una leguminosa poco conocida comercialmente, el ayocote tiene un perfil nutricional de campeonato: proteínas, fibra, carbohidratos y un cóctel de minerales esenciales como potasio, calcio, hierro y magnesio. Además, es rico en antioxidantes como fenoles y antocianinas, esas sustancias que ayudan a nuestro cuerpo a mantenerse en forma y combatir enfermedades.
Lo mejor es que este frijolón podría convertirse en una opción para crear botanas de tercera generación (sí, esas que sí nutren y no solo llenan). Piensan en cosas como tostadas nutritivas para niñas y niños, que no requieran altas temperaturas de cocción y así conserven todas sus propiedades.
Además, se está evaluando su resistencia a la sequía, sus necesidades de fertilizantes y hasta qué tan amigable puede ser con el medio ambiente en su cultivo. Todo esto, con la idea de promover su siembra y su consumo responsable, especialmente en las comunidades del centro del país donde ya forma parte de la dieta tradicional.
En pocas palabras, el ayocote no solo es un frijol bonito (¡sí, hay uno morado que parece joya!), también es una gran oportunidad para recuperar un alimento ancestral y llevarlo a nuestras mesas en forma rica, sana y sostenible.