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Aún es posible garantizar un futuro sostenible y habitable para todos

El tema del cambio climático y sus efectos –que hemos observado en las últimas décadas– ha tomado un lugar significativo en la agenda mundial actual y futura

SIAP

MÉXICO.- El tema del cambio climático y sus efectos –que hemos observado en las últimas décadas– ha tomado un lugar significativo en la agenda mundial actual y futura.

Han sido en los últimos cuarenta años, que la comunidad internacional a través de diversos organismos, ha logrado obtener información más precisa de los efectos adversos que la actividad humana –en especial en los países industrialmente desarrollados- están generando en la atmósfera.

Registrar, señalar y comunicar cuáles son los fenómenos que están caracterizando el cambio del clima global, los factores que son los causantes y sus consecuencias en diversas áreas y lugares; es fundamental para reconocer las acciones que deben tomarse a nivel global y nacional.

Hace apenas unas semanas, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, señalaba en su discurso de clausura en la Cumbre sobre la Ambición Climática que: “Si nada cambia, nos dirigimos hacia… un mundo peligroso e inestable.”

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Una de las áreas de mayor preocupación es la relacionada con la producción de alimentos y su disponibilidad para toda la población del mundo. Aquí te presentamos algunos de los hechos y las cifras más recientes del cambio climático y sus posibles repercusiones con la seguridad alimentaria global.

  • El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) –en su más reciente informe– volvió a advertir que son las actividades humanas, en especial a través de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), las causantes inequívocas del calentamiento global y, por lo tanto, de los efectos que está generando en el cambio climático. De hecho, subrayó que estas emisiones han seguido aumentando, derivado del uso insostenible de la energía, el cambio de uso de la tierra, los estilos de vida, así como por los patrones de consumo y producción entre regiones y países.
  • También señaló que las emisiones de GEI durante 2010-2019han sido las más altas, que en cualquier otra década registrada.  De acuerdo a cifras de 2019, alrededor de 79% de las emisiones mundiales de GEI provinieron de los sectores de energía, industria, transporte y construcción, en conjunto; mientras que 22% derivaron de la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra.
  • Resaltó que el cambio climático causado por el hombre ya está afectando a muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones del mundo, con impactos adversos generalizados, pérdidas y daños conexos a la naturaleza y a las personas. Destacó que las comunidades vulnerables –que históricamente han contribuido menos al cambio climático– en la actualidad se están viendo afectadas de manera desproporcionada.
  • Asimismo, el informe menciona que el cambio climático ha reducido la seguridad alimentaria y afectado la seguridad hídrica, lo que, junto con otros factores, están obstaculizando los esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Si bien aclara que la productividad agrícola general ha registrado una tendencia al alza, también indica, que el cambio climático ha desacelerado este crecimiento en los últimos 50 años a nivel mundial, con impactos negativos relacionados principalmente en regiones de latitudes medias y bajas, aunque con impactos positivos en algunas regiones de latitudes altas.
  • El IPCC advierte que el calentamiento y la acidificación de los océanos está afectando de forma negativa la producción de alimentos procedentes de la pesca y la acuicultura en algunas regiones oceánicas.
  • A lo anterior habría que sumar, que cerca de la mitad de la población mundial sufre actualmente una grave escasez de agua durante, al menos, una parte del año, debido a una combinación tanto de factores climáticos y no climáticos.

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  • No obstante, el contexto crítico que plantea el informe, no deja de reconocer que las medidas y mecanismos de adaptación –algunas de ellas documentadas en determinados contextos y sectores– pueden contribuir a reducir los riesgos climáticos. En el ámbito de los alimentos, estas opciones de adaptación incluyen: mejoras en los cultivos, una óptima gestión y almacenamiento del agua en las explotaciones agrícolas, acciones para la conservación de la humedad del suelo, incremento de los sistemas de  riego, un mayor uso de la agrosilvicultura, mecanismos de adaptación comunitaria, diversificación a nivel de explotaciones y paisajes en la agricultura, enfoques de gestión sostenible de la tierra y el uso de principios y prácticas agroecológicas.
  • Muchas de estas opciones aplicadas en la agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra, brindan beneficios de adaptación y mitigación que podrían ampliarse en el corto plazo en la mayoría de las regiones. La conservación, la mejora de la gestión y la restauración de los bosques y otros ecosistemas, ofrecen el mayor parte del potencial de mitigación.
  • Del lado de la demanda de alimentos, hay medidas que pueden ser igualmente efectivas, nos referimos al cambio hacia dietas saludables y sostenibles, así como a la reducción en la pérdida y el desperdicio de alimentos.

Es importante que reconozcamos, que el cambio climático es uno de los retos más apremiantes que estamos enfrentando como especie y que cada acción que hagamos para aminorar este fenómeno, contribuirá a reducir las pérdidas y los daños en las personas y el planeta, que es nuestra casa.

El informe concluye que es urgente tomar medidas más ambiciosas y demostrar que existe la voluntad para realizarlas, de tal forma que “…si actuamos ahora, aún es posible garantizar un futuro sostenible y habitable para todos”.

Una tarea que nos involucra todos.

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