Agricultura

Cooperativas, un modelo vigente y de futuro para un desarrollo sostenible

Un esquema que favorece la inclusión de la agricultura familiar a las cadenas de valor

Redacción La Campiña

MÉXICO.- Ana es una de las tantas mujeres que habitan en las áreas rurales de cualquier parte del mundo. Se empleaba durante horas –junto con su marido– como jornalera para otras granjas, ganando ambos, cinco dólares al día por seis horas de duro trabajo.

Para mejorar su situación, decidieron cultivar su pequeño huerto y comenzaron a vender las verduras obtenidas. Cultivaron maíz, elote, calabaza y plátanos, pero aun así, no era suficiente y la familia se mantenía a duras penas. Al formar parte de una cooperativa agrícola, Ana se sintió empoderada y negoció mejores precios para sus productos y costos más bajos para los insumos agrícolas como semillas, fertilizantes y equipos.

Con el apoyo de una agencia especializada de la Organización de Naciones Unidas, Ana, junto con otros productores, impulsaron el desarrollo sostenible de la cooperativa, a través de asesoramiento y capacitación, lo que les permitió  desarrollar un plan viable de negocios, identificar sus necesidades de apoyo técnico, jurídico y financiero. La cooperativa también ayudó a Ana Sofía a obtener los derechos sobre su tierra y un mejor acceso a los mercados, aspectos que ella sola no hubiera podido negociar.

Un modelo vigente y de futuro

Esta historia de éxito –que no siempre es así– nos recuerda que las cooperativas son un modelo de organización vigente y de futuro, cuyo impulso y desarrollo puede generar un impacto positivo en lo económico, social y ambiental. Además de que las cooperativas agrícolas o pecuarias cumplen un rol estratégico para los sistemas agroalimentarios, estimulando no sólo su eficiencia, sino también procesos de inclusión, resiliencia y sostenibilidad.

De acuerdo a la Alianza Cooperativa Internacional, se calcula que en el mundo existen alrededor de 3 millones de cooperativas, pertenecientes a todos los sectores: producción, consumo, trabajo, ahorro y crédito, así como servicios y salud.

Al mismo tiempo, dicho organismo considera que las 300 empresas cooperativas y mutuales más importantes del mundo, suman un volumen de negocio de 2 mil 170 billones de dólares estadounidenses. De este monto de facturación, una tercera parte corresponde a cooperativas que operan a lo largo de toda la cadena de valor agrícola, desde el cultivo de productos agrícolas y la ganadería, hasta el procesamiento industrial.

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Las cooperativas vinculadas a las actividades del campo existen en casi todos los países del mundo, estando presentes tanto en economías desarrolladas como emergentes. En América Latina y El Caribe se cuantifican más de 108 mil cooperativas, de las que un cuarto de ese total –28 mil– corresponde a cooperativas agropecuarias y/o rurales, con más de 6 millones de socios.

La vigencia de este modelo adquiere una mayor dimensión si consideramos las contribuciones que las cooperativas agrícolas, pecuarias y pesqueras ofrecen para avanzar hacia sistemas alimentarios sustentables, inclusivos y saludables. Aquí algunas de las aportaciones:

  • Las cooperativas constituyen uno de los factores claves en la inclusión de la agricultura familiar a las cadenas de valor.
  • A través del modelo cooperativo, los productores generan mejores condiciones para acceder a financiamiento, mercados, servicios, bienes e insumos a menor precio.
  • Pueden impulsar mecanismos de innovación y desarrollo tecnológico, brechas que son más fáciles de abordar desde lo cooperativo y asociativo y que de manera aislada, sería más complejo de consolidar.
  • Este modelo incrementa el capital social de los agricultores, reduce las asimetrías de poder y propicia el trabajo decente.
  • Favorecen el acceso de más actores a las cadenas de valor y los encadenamientos productivos, contrapesando la concentración.
  • Contribuyen a la gobernanza territorial, pues aportan un esquema participativo, transparente y democrático que fortalece la generación de las alianzas público-privadas.
  • Las cooperativas son un motor para la transformación de los sistemas agroalimentarios por su presencia en distintas fases de la cadena, alentado el desarrollo de políticas integrales para la reactivación.
  • Además, este modelo facilita que los pequeños productores y productoras puedan ejercer un uso sustentable de los recursos naturales estratégicos (tierra, agua, bordes costeros y zonas de pesca), lo que coadyuvaría a reducir la migración de la población y la pérdida de biodiversidad en los territorios rurales.

Cooperativas pesqueras: un modelo que aporta a la seguridad alimentaria

Los valores que actualmente rigen el cooperativismo mundial –solidaridad, democracia, igualdad de derechos y beneficios, equidad, honestidad y responsabilidad social– sustentan y justifican el diseño e implementación de una política pública de fomento y protección del sector cooperativo, entendiéndose  como una actividad irrenunciable de los gobiernos.

En este Día Internacional de la Cooperativas, es importante reconocer   –en especial a las agropecuarias y pesqueras– como organismos de utilidad pública e interés social, que participan en el desarrollo económico nacional, fortalecen la cohesión social y reducen la exclusión económica de los grupos vulnerables de la sociedad.

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