Consumidores conducen los cambios en sistema alimentario mundial

MÉXICO.- Las transformaciones en el consumo de alimentos que se han registrado en las últimas décadas, ha dejado en claro que se requiere una visión más holístico para comprender el tema.

Esto significa que, la comprensión del sistema alimentario ya no sólo puede incluir los elementos básicos que componen la popular fórmula “del campo a la mesa”. En la actualidad, hace falta incorporar un nuevo enfoque que permita identificar, analizar y evaluar el impacto y la retroalimentación de los diferentes actores del sistema y de los subsistemas que lo integran.

Pero también, que agregue factores recientes, que cada vez más, están en la agenda de la comunidad internacional como son: el elevado nivel de desperdicio de alimentos, el impacto ambiental, la demanda por una dieta saludable, la disponibilidad y accesibilidad –en términos de precios– de los alimentos y la inocuidad.

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Es en esta nueva mirada, que el consumidor adquiere un rol destacado, no sólo por el empoderamiento y voz adquirida a través de la organización –como es el caso de las asociaciones de consumidores– sino además, porque con sus nuevas demandas está conduciendo los cambios en el sistema alimentario mundial.

De acuerdo a las empresas que dan seguimiento al pulso de los consumidores en el mundo, son varias las tendencias y preocupaciones que han estado presentes en los últimos años. Y más allá de que en 2020, la pandemia del coronavirus haya centrado la inquietud en las cadenas de suministro y la disponibilidad de alimentos en todo el mundo, es muy probable que las tendencias pre-pandemia se mantengan y moldeen las transformaciones por venir.

Aquí algunas de ellas:

• Las dietas saludables, pero en especial los alimentos nutritivos, son una prioridad fundamental, en particular para las mujeres que realizan la mayor parte de las compras de alimentos. De ahí que los consumidores opten por los alimentos llamados funcionales, frescos o de origen vegetal, reduciendo y/o rechazando aquellos productos altamente procesados y con elevados niveles de aditivos. En nuestro país, el impuesto a las bebidas azucaradas, así como el recién sistema de etiquetado frontal de alimentos y bebidas, representan importantes avances en este sentido, iniciativas que fueron impulsadas por años por las organizaciones de consumidores.
• De igual forma, es probable que se favorezcan a las empresas, marcas o cadenas de valor que muestren un compromiso por mejorar las condiciones del planeta o de la población. Dicho de otra manera, se seleccionarán a aquellas que establezcan un enfoque con resultados medibles en el bienestar de los productores, los empleados, los animales y en general del ambiente. En México, la agricultura familiar junto organizaciones de consumidores, están impulsando los circuitos de cortos de comercialización y los mercados itinerantes como mecanismos de inclusión y precios justos.
• Es muy probable que también se incremente y fortalezca la confianza de los consumidores en la ciencia y la tecnología de los alimentos, sobre todo a medida que se conviertan en herramientas vitales para dar certidumbre frente a fenómenos como la pandemia y ofrezcan al mismo tiempo alternativas de suministro de alimentos.
• La otra tendencia, está relacionada directamente con el cambio generacional. La irrupción de la llamada Generación Millennial –jóvenes nacidos a partir de la década de 1980, que se caracterizan por ser una generación eminentemente digital, hiperconectada, y con altos valores sociales y éticos– provocó que el comercio electrónico alcanzará un punto de inflexión durante los últimos años, lo que también fue acelerado por la pandemia. Es muy posible que el comercio electrónico llegó para quedarse y ser así, otra importante fuente de abastecimiento de alimentos para los consumidores.