Cosecha de Historias

Cocina ancestral otomí, una tradición muy vigente

Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Pérdida de ingredientes, migración, desempleo y la subvaloración económica de sus platillos, son algunos retos que ha enfrentado la cocina ancestral otomí que, pese al paso de los siglos, se mantiene vigente en la actualidad.

Muestra de ello es María del Consuelo Venancio Mesita, una cocinera tradicional de la comunidad de Delgado de Abajo, municipio de Comonfort, Guanajuato, quien difunde y defiende la cultura otomí a través de su gastronomía.

Fotografía: Magdiel Olano

Como una de las principales representantes de la cultura Otomí en su comunidad ha logrado difundir, incluso hasta la ciudad del Vaticano, la tradición de la tortilla ceremonial, una tortilla adornada con sellos y tintas naturales.

Como bien explica, los moldes con los que se sellan quieren decir algo, cuentan historias y tradiciones de sus ancestros y cada vez descubren algo más sobre ellas. Por ello ha impartido talleres para enseñar a los niños desde la historia del maíz, su proceso para la masa, los sellos y los tintes naturales para pintarlas.

Tortilla ceremonial, rito, tradición y sabor con alma otomí

Hace 10 años creó de forma independiente la “Casita de Sueños”, un grupo donde empezó a enseñar a los niños música y danza tradicional otomí, canto, escultura, cerámica, teatro y literatura.

Junto a 32 señoras, conformó un colectivo para el rescate del bordado antiguo, quienes por la necesidad de ingresos tras los conflictos económicos por la pandemia, unieron fuerzas para crear y vender productos como bordados,  materiales de cerámica, tortilleros, caminos de mesa, entre otras artesanías que les aportan ingresos mensuales.

Además, productos del campo como la miel silvestre o la miel de la hormiga usurera, un producto muy cotizado dentro del ámbito restaurantero.

UN RETO, EMPRENDER EN POSTPANDEMIA

Como expresa a LA CAMPIÑA, durante su visita a Puebla para participar en el II Diplomado de Memorias de la Cocina Tradicional Mexicana del Centro de Lecturas, Escrituras y Memorias (LEM), echar a andar de nuevo sus negocios tras la pandemia de COVID-19, para las cocineras tradicionales ha sido más arduo que para los grandes establecimientos del sector restaurantero,

Y es que al utilizar prácticas ancestrales de preparación de los alimentos ha sido complejo cumplir con los estrictos certificados que se implementaron.

No ha sido nada fácil seguir cocinando, sobre todo que te visiten comensales, que podamos participar en eventos como lo hacíamos antes divulgando la tortilla. No hemos podido desarrollar bien la cultura, pero seguimos cultivando la tradición desde nuestros hogares, y seguir luchando para que no se pierdan porque si nos asustamos con la pandemia, entonces cualquier eventualidad nos va a asustar más y no vamos a seguir nuestras costumbres”.

Por ello, estas prácticas tradicionales se han temido que adaptar al mundo contemporáneo y echando mano de las nuevas tecnologías, como el Internet y las redes sociales para hacer promoción.

Nos complica lo que nosotros nos acostumbramos a hacerlo, pero también vemos que es la única forma de dar a conocer, entonces tenemos que adecuarnos. Es algo muy distinto, pero es la única forma que tenemos para seguir transmitiendo nuestra tradición”.

Además del reto de superar la pandemia, también la migración y el desempleo son factores que les han afectado, pero comenta que sigue siendo promotora de la cocina tradicional porque a la par de seguir luchando por su preservación, le ha permitido mantener su vínculo familiar y alentar a otros a que lo hagan.

La cocinera invitó a seguir consumiendo maíces nativos mexicanos, pues detrás de una tortilla, dice, hay muchas historias de la milpa, historias de aquellos pueblos que aún se dedican al cultivo del maíz criollo.

Con un alimento hecho con maíces criollos no solamente cubres tu apetito, sino también tu alma porque el maíz de México se compone de todas las almas mexicanas que tenemos mucha fortaleza para salir adelante”.

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