El largo y sinuoso camino de la lucha por la prohibición de maíces transgénicos en México
Fotografía: Leo Herrera
- El miércoles 13 de octubre la Suprema Corte de Justicia de la Nación negó por unanimidad amparos que transnacionales interpusieron contra la medida precautoria que prohíbe sembrar maíz transgénico
PUEBLA, MÉXICO.- Sembrar maíz transgénico continúa siendo contra la ley en México, por lo que a pesar de que grandes empresas de la agroindustria buscaron ampararse para poder utilizar este tipo de semillas de forma comercial o experimental en el país no podrán hacerlo.
Lo anterior luego de que el miércoles 13 de octubre la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) negó por unanimidad cuatro amparos que transnacionales interpusieron contra la medida precautoria que prohíbe sembrarlos.
Pero, ¿por qué es tan importante la decisión que tomaron los legisladores?
Lo primero que habría que recordar es que desde el 2013 un grupo de defensores de los maíces nativos agrupados en la Demanda de Acción Colectiva contra la Siembra de Maíces Transgénicos, promovieron esta medida para prohibir la siembra de estas semillas Genéticamente Modificadas (GM).
El argumento fue que, de liberar al ambiente maíz transgénico, existía un riesgo grave de que las variedades de maíces nativos se contaminaran con las variantes modificadas, situación irreversible que atentaría contra la biodiversidad de las especies de México, lugar de origen del maíz.
Ante la negativa de sembrar el transgénico las empresas PHI, Dow, Syngenta y Bayer-Monsanto promovieron amparos con los que se pretendía que se declarara la inconstitucionalidad del artículo 610, fracción IV del Código Federal de Procedimientos Civiles, y así continuar con el cultivo de estas variedades que, además, tiene efectos nocivos para la salud como elevar el riesgo de padecer cáncer o malformaciones congénitas, de acuerdo con especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De igual modo, la Demanda de Acción Colectiva contra la Siembra de Maíces Transgénicos asegura que las siembra masiva de los maíces Genéticamente Modificados provocaría daños irreversibles en la diversidad de nativos, la biodiversidad, los campesinos y en los consumidores, poniendo en riesgo el derechos a consumir un maíz libre de transgénicos.
Tras una discusión legal de siete años, este 13 de octubre de 2021 por unanimidad los cinco ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte rechazaron los amparos de las empresas transnacionales en los que planteaban más de 130 argumentos para que se les permitiera continuar usando las semillas GM.
DEMANDA DE ACCIÓN COLETIVA
Néstor López Espinoza, integrante del equipo jurídico de la Demanda de Acción Colectiva contra la Siembra de Maíces Transgénicos, dijo en entrevista para LA CAMPIÑA que fue una decisión importante porque la SCJN falló a favor de la preservación de los maíces nativos, la milpa, las comunidades campesinas y las personas consumidoras de maíz.
Además porque la decisión de los jueces que intervengan en un juicio de acción colectiva pueden dictar cualquier medida que consideren pertinente para proteger los derechos e intereses de la colectividad, siempre que se cumplan los requisitos de ley.
López Espinoza explicó que en esta discusión de años, junto a la colectividad presentaron a las autoridades evidencia de que el riesgo de la siembra de este tipo de semillas es real, pues incluso ante la justicia las empresas agroindustriales reconocen los efectos nocivos, toda vez que los maíces transgénicos:
- NO SON SEGUROS
Otras especies de maíces nativos se pueden contagiar de los transgénicos como consecuencia del flujo entre las distintas regiones del país.
- NO PUEDEN COEXISTIR CON LOS NATIVOS SIN CONTAGIARLOS
Con la siembra de maíz transgénico, no se podría realizar el libre intercambio de semillas sin que se contagien. Además, un estudio del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) encontró al menos 89 casos de siembras nativas contagiadas en seis estados de la república, un hecho que no debió suceder.
- AL CONTAGIARSE, LOS NATIVOS NO ADQUIEREN MAYOR RESISTENCIA A PLAGAS
Es falsa la afirmación de que al mezclarse los nativos con los genéticamente modificados, los primeros se harían resistentes a plagas, y solamente verían afectado el entorno.
- NO ESTÁN DEBIDAMENTE APROBADOS
Las autoridades sanitarias no evalúan los impactos de la siembra de transgénicos de maíz.
NO PRODUCEN MÁS
Es falso que las variantes de maíces transgénicas incrementen la producción.
NO DAN MAYORES RENDIMIENTOS
Otro de los argumentos que la agroindustria asegura es que aunque los transgénicos no produzcan más, da mayores rendimientos porque podría ser más barato; no obstante la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem) reconoció que es más caro que los demás.
LIBERTAD PARA LOS MAICES NATIVOS
Con la decisión tomada el 13 de octubre, Néstor López aseguró que los campesinos van a tener la libertad de sembrar su semilla e intercambiar las diversas variedades de maíz nativo que existen sin ese riesgo de contagios de maíz transgénico.
“Van a tener la tranquilidad y seguridad de que la semilla que ellos utilicen van a ser cien por ciento nativas, naturales. Al menos legalmente, el riesgo de perder la diversidad biológica de los maíces nativos ya no va a existir (…), podrán heredar a sus hijos, nietos y los hijos de sus nietos, tanto a las demás generaciones futuras, ese legado de riqueza biocultural de diversas variedades de maíz”.
El integrante de la Demanda de Acción Colectiva contra la Siembra de Maíces Transgénicos exhortó a los ciudadanos a recordar que México es centro de origen de esos maíces, por lo que es deber tanto de productores como de consumidores conservar esa riqueza milenaria para que el derecho de alimentarnos sanamente se herede a próximas generaciones. Además, reconocer que trabajar en colectividad aporta mayores beneficios.
“Con este instrumento legal, (medida precautoria) nos damos cuenta que si nos organizamos realmente podemos formar colectividades y defendernos de los abusos de grandes empresas de la industria, las demandas colectivas son una vía legal idónea para hacer frente ante grandes empresas transnacionales en diferentes áreas”.