Agricultura

¿Sabes qué es y cómo afecta el cambio climático a la seguridad alimentaria?

Hoy en día, existe el consenso de que nuestro modo de producción y consumo energético está generando una alteración climática global,

SIAP

MÉXICO.- El cambio del clima es una situación observable, quizá por eso, esa frase tan común que escuchamos cotidianamente “el clima ya no es como era antes”; y por lo mismo, la inclusión de un nuevo concepto en nuestras vidas: el cambio climático.

Se define como cambio climático a la variación global del clima de la Tierra debido a causas naturales, pero principalmente a la acción humana, que se traduce en quema de combustibles fósiles, pérdida de bosques y otras actividades producidas en el ámbito industrial, agrícola y del transporte, entre otros; que han dado como consecuencia, una retención del calor del sol en la atmósfera, eso que conocemos como efecto invernadero.

Hoy en día, existe el consenso de que nuestro modo de producción y consumo energético está generando una alteración climática global, que está provocando impactos tanto sobre la tierra, como sobre nuestras formas de vida.

Uno de estos efectos, es el relacionado con los sistemas alimentarios y la seguridad alimentaria. La Organización de las Naciones para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) ha reiterado en diversos foros, las consecuencias que el cambio climático podría producir en las siguientes décadas.

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Es muy posible que empeore las condiciones de vida de agricultores, pescadores y quienes viven de los bosques, poblaciones ya de por sí vulnerables y en condiciones de inseguridad alimentaria. Las comunidades rurales, especialmente las que viven en ambientes frágiles, se enfrentan a un riesgo inmediato.

Los episodios climáticos extremos cada vez más frecuentes e intensos tendrán un impacto negativo en la disponibilidad de alimentos, el acceso a los mismos, su estabilidad y su utilización, así como en los bienes y oportunidades de los medios de vida tanto en zonas rurales como urbanas.

Es previsible que surjan nuevos esquemas de plagas y enfermedades, de tal modo que tanto los seres humanos, como las plantas, el ganado y la pesca, estarán expuestos a nuevas plagas y enfermedades que florecen sólo a determinadas temperaturas y condiciones de humedad. Esto implicará nuevos riesgos para la seguridad alimentaria, la inocuidad de los alimentos y la salud humana.

De igual modo, tendrá un impacto sobre los océanos, mares, lagos y ríos y sobre los animales y plantas que viven o son cultivados en ellos. El cambio climático afectará aproximadamente a los 200 millones de familias en todo el mundo, cuyos medios de vida dependen de la pesca y la acuicultura.

Al mismo tiempo, se espera que ciertos recursos pesqueros se harán menos abundantes, mientras que especies importantes se desplazarán a otras zonas menos accesibles para los pescadores.

Pero, así como los sistemas agroalimentarios han contribuido con el cambio climático, tienen también un enorme potencial para ser parte de la solución. Se reconoce que la agricultura, puede contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, así como su impacto, mediante el manejo de los servicios del ecosistema, la disminución de los cambios del uso de la tierra y la deforestación.

Las prácticas mejoradas de manejo de la tierra podrían ayudar a conseguir un equilibrio entre las demandas en competencia de productos alimenticios animales y servicios ambientales. Las mejoras en los sistemas de manejo pastoril y silvopastoriles constituyen vías efectivas para conservar el ambiente y mitigar el cambio climático.

La restauración de suelos y ecosistemas degradados o desertificados y la adopción de prácticas mejoradas de manejo agrícola pueden reforzar y restaurar el carbono orgánico del suelo, controlar y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad y salud del suelo.

Por otra parte, la biodiversidad agrícola es un importante elemento en el desarrollo de estrategias de producción para responder a los desafíos del cambio climático, aumentando la adaptación a condiciones medioambientales cambiantes y a las presiones que generan la sequía, la salinización y las inundaciones.

Es esencial que nos unamos como comunidad internacional y trabajemos en torno a soluciones climáticas reales, prácticas y significativas que estén a la altura de la escala de la crisis climática que ya comenzamos a enfrentar. La acción por el clima como señala el ODS 13, ya no puede esperar.

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