¡Mermeladas hechas con flores!
Para la cultura mexicana no es nada extraño que las flores sean comestibles, es más algunas son tan cotidianas que algunas forman parte de la gastronomía prehispánica de nuestro país
MÉXICO.- Para la cultura mexicana no es nada extraño que las flores sean comestibles, es más algunas son tan cotidianas que algunas forman parte de la gastronomía prehispánica de nuestro país, por ejemplo, la flor de calabaza que suele ser utilizada en guisos para quesadillas, en sopas y hasta para cremas, sin embargo, actualmente se ha iniciado una nueva modalidad del uso de las flores en el sector culinario, que es la de utilizar las flores como materia prima para postres como las jaleas y mermeladas.
Las flores ya no serán solo la decoración de los pasteles, los postres o los platillos de alta cocina gourmet, sino que ahora son utilizadas como ingrediente principal en la elaboración de mermeladas florales.
Este tipo de mermeladas son ideales para acompañar ciertos alimentos, tales como el queso, las tostadas o bebidas como el vino o las sidras suaves, ya que los sutiles sabores de estos, equilibran a la perfección el dulzor de las mermeladas.
Las flores aparte de bellas también son deliciosas, y algunas destacan por sus sabores únicos y delicados. Entre las flores más comunes utilizadas para la elaboración de mermeladas se encuentran: las rosas, la flor de jamaica y la bugambilia. Estas además de su sabor único y diferente también aportan un colorido y apariencia más que apetitosa, haciendo de ellas una experiencia tanto visual como degustativa.
Es importante mencionar que no todas las flores, por más bonitas o coloridas que parezcan, son comestibles, es por ello que debemos asegurarnos que no sean tóxicas o dañinas para la salud antes de atrevernos a experimentar con alguna flor poco conocida.
También es necesario asegurar que la procedencia de las flores esté libre de agentes que puedan alterar la preparación y terminar afectando nuestra salud. Para esto lo más recomendable es obtener flores libres de pesticidas, cultivadas en óptimas condiciones, que sean para consumo humano evitando consumir las flores que están destinadas a la decoración o a la fabricación de arreglos florales.
Tal vez una de las formas más seguras de consumirlas, sería cultivarlas por propia mano en nuestro jardines, así podemos estar seguros de que su procedencia es segura.
Te invitamos a ser parte de esta nueva tendencia culinaria recordando que el campo nos provee de alimento hasta los lugares más inesperados.