Para regalos, nada como el chocolate
Es parte fundamental de varias recetas de la comida tradicional mexicana como el atole de maíz o el mismísimo mole, por mencionar solo algunas.
MÉXICO.- De acuerdo a la cosmovisión de los Toltecas, el cacao es un regalo que los hombres recibieron por parte del dios Quetzalcóatl, quien tenía un amor tan grande por la humanidad que no podía negarles tan preciado bien, pues desarrollaría en los hombres la inteligencia, la pasión, el amor por la vida, la naturaleza y las artes. Por ello es que decidió robar la valiosa semilla de cacao y dársela a los hombres, enseñándoles a sembrarla y a cuidarla.
No cabe duda que sin este maravilloso regalo no podríamos disfrutar de la delicia del chocolate, el cual es parte fundamental de varias recetas de la comida tradicional mexicana como el atole de maíz o el mismísimo mole, por mencionar solo algunas.
Es innegable que el cacao, como materia prima para la elaboración del chocolate, es fundamental, pues gracias a su producción es que se ha podido popularizar este delicioso dulce tan consumido en todo el mundo.
El chocolate es el regalo por excelencia, pues son pocas las personas que se resisten a su delicioso sabor, a su intenso aroma plasmado en sus perdurables notas, así como a su suave textura que se combina con incontables elementos, haciendo de cada combinación una experiencia totalmente diferente.
MUY POPULAR
La popularización del chocolate y su gran diversidad en presentaciones, ya sea en barras, galletas, batidos, cereales, etcétera, ha hecho crecer enormemente su mercado. Se estima que para 2026 el mercado mundial del chocolate industrial alcanzará los 64 mil 300 millones de dólares.
De acuerdo con datos del INEGI, México se encuentra dentro de los principales países exportadores de algunos productos de chocolate, así como los preparados que se derivan (bloques, tabletas, barras y demás preparaciones). Además ocupa el primer lugar en las exportaciones mundiales de cacao en polvo, el cual es utilizado de manera recurrente en el ámbito de la repostería y confitería.
Ya sea mezclado con frutos secos, con bombones, con leche, con almendras, con picante, o con sal de grano, las posibilidades para el chocolate son infinitas, pues su sabor característico es curiosamente combinable con una gran diversidad de elementos, lo que lo hace un ingrediente de gran valor dentro de la práctica culinaria.