El consumo del café es muy antiguo, su historia es especial, como muchos otros sustentos. Al ser un alimento tan antiguo, poco se conoce de su origen, lo más cercano a ella es Etiopía, en el pueblo Oromo, en el S. XIII. Básicamente fue un descubrimiento que más tarde se expandió a lo largo del mundo a través de las inmigraciones.
La leyenda más conocida y aceptada, es la de un pastor en Abisinia: él veía que sus cabras consumían unas semillas rojas de los arbustos que provocaban un efecto especial en ellas. El pastor lo comprobó en carne propia, pues al consumir las semillas sus energías se renovaban.
Juan de la Mata, repostero, jefe de la corte del rey Felipe V, “El Animoso”, escribió un recetario en el cuál habla sobre el café:
“El café es una especie de grano, que viene de Persia y otros países de Levante, símil a corta diferencia a nuestras judías o alubias, el que tira a un color amarillo, y ligero (…) Su uso para bebida es hacer hervir media azumbre de agua en una cafetera de plata, cobre o de barro: después que haya dado un par de hervores, se aumentará de tres cucharadas de café en polvo, que compondrá hasta en cantidad de dos onzas, y mezclado bien con el agua, se hará dar una docena de hervores muy suaves, a fin de que no rebose, con lo que se apartará del fuego y se dejará reposar. […] Después de haber reposado, se echará en las tazas, echando cada uno a medida de su gusto el azúcar quebrantado. Usase también de la leche, echando de esta como de la agua de café al tiempo de tomar. El café disipa y destruye los vapores del vino, ayuda a la digestión, conforta los espíritus, e impide dormir con exceso”.
Su llegada a Europa fue en el S.XVII, a través de los mercaderes venecianos y para 1650 ya era muy popular en toda Europa, principalmente en Inglaterra y a partir de ahí se empezaron a abrir cafeterías en Oxford y Londres. A pesar de la información, otros datos arrojan que la primera cafetería del mundo se abrió en Constantinopla, en 1475, cuando los musulmanes introdujeron el café en Persia, Egipto, África Septentrional y Turquía, donde principalmente podían acudir únicamente intelectuales y diplomáticos. Mas tarde llego a Europa y en 1645 se abrió el primer café europeo en Venecia, seguido de Londres en 1652. Al Igual que en Constantinopla, las personas que acudían a ellas eran principalmente filósofos e intelectuales, entonces era muy usual distribuir panfletos e ideas en esos centros cafeteros.
Antiguamente se tostaban los granos de café y se machacaban hasta hacerse polvo al que se le agregaba agua, pero, en Paris cambio la dinámica. En 1686 abrieron la primera cafetería, “Café Procope”, donde inventaron un nuevo método que consistía en pasar agua caliente a través de un filtro con café molido. Por otro lado, el café turco, uno de los más antiguos, es catalogado por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
A México llegó a finales del S. XVIII, procedente de Europa. Los lugares con más éxito para sembrar la semilla son: Chiapas, Puebla, Oaxaca, Guerrero, Veracruz e Hidalgo. Siendo Chiapas y Veracruz los más exitosos debido al clima que tienen.
En México, la cultura de beber café es especial. A veces llega a ser el único alimento por las mañanas. Dura mucho tiempo su preparación, no porque sea complicado, sino porque disfrutamos el aroma, el sabor, y podemos beber tanto como lo queramos. A nosotros se nos termina la mañana, no el café, de lo contrario, nos seguiríamos.
Referencias bibliográficas:
- El Rincón de Zalacaín (2020) De cuando el café era confundido con alubias. El Sol de Puebla. https://www.elsoldepuebla.com.mx/circulos/de-cuando-el-cafe-era-confundido-con-alubias-el-rincon-de-zalacain-4927272.html
- Una pausa Agradable (2020) Viajamos a 1791 para conocer al repostero jefe de la corte. Recuperado de https://unapausaagradable.es/category/saborea/
- International Coffee Organization. Historia del café. Recuperado de http://www.ico.org/ES/coffee_storyc.asp