Columnas

Platos de cuchara

Luisa Rentería

Son aquellos donde tal cual su nombre indica, requieren el uso exclusivo de la cuchara, porque son caldosos o espesos. Aunque son platillos o guisados que jamás han caído en el olvido, los europeos fueron quienes los redescubrieron y recuperaron muchos guisados, sobre todo ensalzándolos, es decir, los presumieron.

Cada país del mundo tiene sus propios platos de cuchara, por ejemplo, en España tiene la fabada, que es un platillo típico hecho a base de fabas o alubias con diferentes embutidos como la panceta, chorizo y morcilla.

En México, hay infinidad de estos platillos. El caldo de res, pollo, mole de caderas, mole de olla, frijoles, sopa de fideos, huevos ahogados con nopales. Cada estado de la republica tiene sus propios guisados, caldos y recetas.

Una breve lista desglosará algunos de los más populares:

  • Frijoles Charros: Los frijoles son los protagonistas de este guisado. Esas pequeñas “habichuelas negras”, descritas de esa manera por George Ruxton, en Aventuras de México, 1846, a través del libro Enchílame Otras de Jorge García Robles: “En Veracruz tuve mi primer encuentro con el frijol, una pequeña habichuela negra que es el principal alimento de las clases bajas en todo México, y se encuentra en todas las mesas, tanto de ricos como de los pobres (…)”.

Su preparación depende mucho de la región, ya que los ingredientes cambian, pero, el origen de este platillo en realidad se remonta a tiempos precolombinos, aunque la receta inmediata con pico de gallo y embutidos se desarrolló en el Virreinato, por antiguos vaqueros del país o “charros”, que es de done proviene el nombre original de platillo. Estos charros vivían en zonas áridas y únicamente tenían acceso a chiles secos y embutidos, normalmente de cerdo, los que se incorporaban a los frijoles caldosos.

  • Pozole: Aunque antiguamente se preparaba con carne humana y granos de maíz, en la actualidad eso esta muy lejos de suceder en una “mesa común”. El origen de este plato mexicano se centra en la historia de guerreros capturados en batalla y “consumidos” principalmente por sus captores después de un ritual. En el México prehispánico, tras los sacrificios rituales en los que se ofrecían los corazones de la víctima a las deidades, el resto del cuerpo se cocía con maíz y era repartido entre todos los participantes en una especie de acto de comunión o sólo entre determinados sacerdotes. Hoy día, el pozole se prepara con granos de maíz, carne de pollo, cerdo, res o pescado. Existe el pozole verde, rojo y blanco y la mayoría de las veces se acompaña con rábanos, lechuga, cebolla, orégano, limón y tostadas, otros más le agregan crema o aguacate.

  • Mole de panza: Mondongo, menudo o pancita son otros nombres conocidos para este platillo que nace de la necesidad. Durante la escases que provocó la Revolución Mexicana las tropas o soldados empezaron a utilizar las partes poco comunes del animal, como las tripas, ojos, lengua y en general las menudencias, entre todas, la panza de res para guisar, agregándole picante. Poco a poco el platillo se fue transformando hasta lo que conocemos en la actualidad. El mole de panza es muy famoso, principalmente después de una resaca, de ahí su nombre coloquial “el levanta muertos”. En Estados Unidos es tan famoso que incluso se vende enlatado.

  • Lentejas: Muchas veces tienen los mismos ingredientes que los frijoles charros, pero a diferencia de estos, las personas les agregan plátano macho frito. Las lentejas fueron domesticadas aproximadamente ocho mil años antes de Cristo, en los territorios de Egipto, Siria, Turquía y Grecia. En la India son muy populares y hay variedades como las rojas, verdes y café.

Las lentejas en México,  se preparan con pico de gallo (cebolla, jitomate, chile verde y cilantro), salchicha, tocino, chorizo y plátano macho frito, otros mas con carne de cerdo o res, y verduras como papa y zanahoria.

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