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Riesgo de aumento de inseguridad alimentaria en México tras pandemia por Sars-Cov2

Magdiel Olano

MÉXICO.- El 35 por ciento de la población en México sufre de inseguridad alimentaria de moderada a severa y la cifra podría incrementarse por el nuevo coronavirus, por lo cual es fundamental analizar cómo evolucionar a una seguridad alimentaria post pandemia que cambie estructuralmente para logar un mundo sin hambre, estimó el director de Ethos Laboratorio de Políticas Públicas, José Luis Chicoma.

En la conferencia virtual “Seguridad alimentaria antes y después de la pandemia” parte del ciclo de webinars El Futuro de la Comida, indicó que hasta el 2019, 690 millones de personas habían padecido hambre.

Una dieta saludable cuesta cinco veces más que aquella que sólo satisface las necesidades energéticas, por lo que comer sano está lejos de ser una realidad para más de 3 mil millones de personas en el mundo que no cuentan con los recursos económicos necesarios. Mientras tanto, América Latina ostenta el reconocimiento a la dieta saludable más cara del mundo, con casi cuatro dólares al día por persona, de acuerdo con el reciente reporte SOFI de la FAO.

“Lastimosamente el hambre ha seguido creciendo en los últimos años (…), hay más de 2 mil millones de personas que sufren de inseguridad alimentaria moderada a severa y esta cifra llega a 44 millones de personas en México, que es un 35 por ciento de la población. Además, puede haber este 2020 hasta 132 millones de personas adicionales que van a sufrir de hambre por la pandemia”.

POLÍTICAS ALIMENTARIAS POST COVID-19

Lina Pohl, representante de la FAO en México, indicó que la principal preocupación es el hambre, pero la segunda es la calidad de la alimentación, y explicó que en América Latina y el Caribe las políticas públicas no están orientadas para promover y proveer una alimentación saludable.

“Somos campeones en México en obesidad. La calidad es muy mala y eso es porque cuesta caro comer bien. Y es que en realidad esta región, siendo una región que produce una gran cantidad de alimentos suficientes para todos los mexicanos, estos no están llegando a los consumidores”.

Por su parte Paloma Villagómez, investigadora en alimentación, pobreza y desigualdad,  destacó que la respuesta del gobierno mexicano al tema alimentario durante la crisis sanitaria por el coronavirus no ha sido la esperada, ya que solamente continúa con los planes desarrollados antes del Covid-19 sin marcar un golpe de timón ante la pandemia.

Explicó que el panorama post pandemia debe enfocarse a mejorar los ingresos, regular los mercados para al menos equiparar la oferta de productos saludables con los ultraprocesados y compartir el cuidado alimentario entre instituciones, hogares, escuelas y comedores públicos, y agregó que la pandemia ha puesto al descubierto la perversidad de los sistemas alimentarios actuales:

“Cómo este matrimonio entre la política alimentaria y el poder económico, la dependencia alimentaria, la relación extractivista con el medio ambiente y la fragilidad de las condiciones de vida de las personas que nos alimentan no son solamente daños colaterales o procesos residuales de estos momentos de crisis, sino elementos que han sido muy funcionales a sistemas alimentarios que están basados en la financiarización de los alimentos básicos, en el acaparamiento, la especulación y la explotación de los recursos naturales y humanos en aras de la acumulación de capital (…). Ahora tenemos que aprovechar esa claridad para replantear el sistema hacia el futuro. Me gustaría que la claridad con la que estas dinámicas perversas han sido expuestas sean el punto de partida de sistemas alimentarios con un profundo sentido de justicia social”.

Los expertos urgieron a una transformación de los sistemas alimentarios a unos con mayor inclusión social, mayor responsabilidad ambiental y mayor inclusión económica.

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