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Agave tequilero, demanda y retos del corazón de la bebida mexicana por excelencia

Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- En México existen unos 200 tipos de agave o maguey, planta de la cual se producen bebidas aguardentosas y mezcales que reciben el nombre de la población donde nacen. De esta manera, se da el mezcal de Oaxaca, el de Cotija, Quitupan,  Apulco, entre otros. Pero no cabe duda que el más famoso es el mezcal de Tequila, una antigua población cercana a Guadalajara donde se da muy bien el agave azul.

Aunque existen otras bebidas destiladas del agave, de acuerdo con el Consejo Regulador del Tequila, para que sea considerada como tequila debe cumplir con un norma que contempla, entre otros, ser una bebida alcohólica regional obtenida por destilación de mostos, preparado con derivados de las cabezas de agave tequilana weber variedad azul; un líquido incoloro, o coloreado cuando es madurado, preparado en las instalaciones de un productor autorizado que debe estar ubicado en el territorio con declaración de origen.

En un inicio, según el mismos Consejo, dicha planta se aprovechaba para otros fines más que para la elaboración del mezcal: se usaba para construir techumbres, fabricar agujas, punzones, alfileres y clavos, hacer cuerdas, elaborar papel y un cierto tipo de recipientes; además de utilizarse las pencas secas como combustible, sus cenizas se usaban como jabón, lejía o detergente y su savia para la curación de heridas.

La historia del tequila se remonta a mediados del siglo XVI cuando algún español empezó a fabricar mezcal en tierras de Tequila dada la abundancia de agaves azules en la comarca.

Más por la consigna de favorecer la importación de vinos y aguardientes españoles que por abstemia, el gobierno Colonial prohibió desde su inicio la fabricación de productos americanos que pudieran hacerles competencia, por lo que el tequila tuvo que hacerse clandestinamente desde el principio. Fue hasta que, dado el volumen que alcanzó su producción y lo necesitado que estaba el gobierno de dinero, que a mediados del siglo XVII optó por autorizarla y cobrar el impuesto correspondiente.

Desde entonces, la popularidad del tequila aumentó hasta ser considerado ahora la bebida alcohólica mexicana por excelencia, reconocida y amada a nivel mundial. Pero la gran demanda que tiene la bebida en el mercado, ha traído serios riesgos para la naturaleza, el agave y otras especies.

LOS PROBLEMAS

  • ESCASEZ DE AGAVE El primero y más importante de los riesgos de producción de tequila, es la reducción del agave azul tequilana, pues la gran demanda que ha tenido la bebida a nivel mundial exige una producción mayor a la capacidad de reproducción y crecimiento de la planta, por lo que los productores se ven obligados a cortarla antes de su maduración,  la cual necesita entre 8 a 12 años.
  • MURCIÉLAGO MAGUEYERO Estos animales son indispensables para el agave, sin ellos no habría mezcal, tequila, pulque ni otros destilados de la planta. Se llama leptonycteris yerbabuenae, es un mamífero que se alimenta del agave y es su principal polinizador. Pero a fin de tener mayor producción de tequila, los agricultores han empezado a cortar las flores de la planta antes de la polinización; esto también ha provocado una reducción en los magueyes silvestres que ha provocado la pérdida del murciélago magueyero.
  • PLAGAS Y PÉRDIDA GENÉTICA El boom del tequila a nivel mundial ha creado la necesidad de tener más plantas, y frente a la falta de espacio para reproducirla, las empresas productoras de Jalisco han sacado la planta de sus terrenos para llevarla a crecer a otros estados. Aunque los dueños se benefician con la renta de sus tierras, en Puebla ello representa un riesgo para las plantas endémicas debido a las plagas que traen consigo los agaves de otras regiones. Ello podría provocar una pérdida genética y su asentamiento en territorio poblano podría poner en riesgo la Denominación de Origen. Se estima que en Puebla hay al momento alrededor de 400 hectáreas plantadas con especies de otra región.
  • PIRATERÍA Otro de los conflictos a los que se enfrenta el tequila es la falsificación, situación que además de poner en riesgo la Denominación de Origen, representan un gran riesgo para la salud si se consume como una bebida alcohólica que no está certificada .

Especialistas han advertido que más allá de estar pensando en tomar y disfrutar el tequila como otros destilados del agave, se debería pensar en  proteger la semilla, las plantas y luego reforestar a fin de que se genere un mercado sólido y serio que favorezca a los productores.

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