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La valiosa miel de la abeja sin aguijón de Cuetzalan

Laura García, Ciencia UNAM-DGDC

MÉXICO.- Durante la época de la Colonia, los europeos introdujeron al continente americano la Apis mellifera, también conocida como abeja europea o abeja doméstica. Desde entonces, la apicultura o la crianza y cuidado de la abeja Apis, se ha extendido en todo el mundo debido a la abundante miel que producen.

Sin embargo, el continente americano ya era el hogar de la abeja melipona, la abeja nativa o sin aguijón que hasta hace algunos años había permanecido desconocida para gran parte del mundo, pero que era conservada, protegida y cultivada, con técnicas que datan desde la época prehispánica, en  diferentes comunidades autóctonas.

Hoy en día, las meliponas se encuentran amenazadas por el cambio climáticola deforestación por cambios de uso de sueloel uso de pesticidas, la falta de apoyos a los meliponicultores y el desconocimiento sobre su existencia y el valor de su miel.

DIFERENTES VISIONES, UN MISMO OBJETIVO

“La abeja melipona existe desde antes de que llegaran los españoles; es una abeja precolombina y la forma en que tradicionalmente los grupos indígenas de América realizaban su crianza y cuidado para poder producirla se ha conservado hasta nuestros días”, refiere el doctor Mario Alberto Castillo Hernández investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.

Desde 2015, el doctor Castillo Hernández forma parte de un proyecto transdisciplinario, donde especialistas de diferentes áreas de conocimiento como la arqueología, la biología la geología y la lingüística se han acercado al fenómeno integral que componen las abejas, la miel, el ecosistema en que se desarrollan y el conocimiento ancestral que poseen los meliponicultores en las comunidades nahuas de Cuetzalan, en la Sierra Norte del estado de Puebla.

“Desde mi perspectiva como lingüista, las comunidades expresan su conocimiento a través de la lengua, y a través de ella nombran a la abeja, las flores, el espacio donde viven las abejas y donde viven ellos. Por ejemplo, la forma en que nombran las partes de su casa es a partir de una proyección semántica de las partes del cuerpo humano y eso también lo hacen para nombrar a la abeja y las ollas donde las crían” explica el experto.

Entre las investigaciones que comprende este proyecto está el estudio desde una visión etnobotánica  de la interacción de las abejas con las flores de la región de Cuetzalan y los meliponicultores, los depredadores de la melipona, las diferencias entre los tipos de miel que producen según la región que habitan, así como el valor nutrimental y medicinal de la miel.

MIEL ÚNICA

“Hemos identificado que la miel que producen en parte alta y baja de Sierra Norte de Puebla es diferente entre sí, porque las flores que crecen en cada zona también son diferentes. Pues aunque algunas especies son iguales, el momento de la floración varía en cada región”.

Los meliponicultores han heredado el conocimiento sobre cómo viven, como reproducen a sus crías y han identificado que muchas de las flores con que se alimentan las abejas son medicinales, por lo que usan la miel como digestivo, antigripal o cicatrizante.

Gracias al proyecto transdisciplinario, estas propiedades han sido comprobadas a través de estudios científicos de la miel demostrando que incluso existen propiedades superiores a las que posee la miel de la abeja europea.

Sin embargo, existen prejuicios y desconocimiento sobre este tipo de abeja y la riqueza de la miel que producen, llamándola a veces por el color y forma de ella, “miel de mosca”; aunque, explica el investigador cada vez son más las personas que reconocen su valor medicinal y nutrimental y la consumen.

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