Museo de la Gastronomía Yucateca promueve riqueza culinaria
MÉRIDA.- Con la finalidad de promover la riqueza culinaria de Yucatán, el Museo de la Gastronomía Yucateca abrió sus puertas en diciembre pasado, para que el público viva una experiencia única.
Por un lado, este sitio cuyas siglas son MUGY, es un restaurante donde se ofrece lo mejor de la cocina de este estado de la República Mexicana, pero aunado a esto, los visitantes podrán tener un recorrido mágico por un museo gastronómico.
Asimismo, durante la visita se podrá conocer la réplica de un típico “pueblito” de Yucatán, todo esto, ubicado en el corazón de la ciudad de Mérida, en la calle 62, en la colonia Centro.
Durante un recorrido se observó que este lugar busca fusionar la parte cultural del estado, para enseñarle a los ciudadanos que vienen de fuera qué es lo que van a comer, de dónde vienen los alimentos, cómo se preparan los ingredientes que tiene y al mismo tiempo, dar una comida de calidad.
Diego Mantecon, propietario y socio fundador de este museo, explicó que hace dos años inició la idea de crear este museo y restaurante para traer la tradición de los pueblos al centro de la capital de Yucatán, con la ayuda de cuatro socios.
Al entrar, los visitantes podrán transportarse de inmediato en un pueblo yucateco, debido a la decoración y al tipo de arquitectura de este edificio, que anteriormente lo ocupaba el gobierno, pues desde hace 27 años era sede del Centro Cultural de danza del estado.
“En un viaje que hice, comí una cochinita espectacular, de las mejores que hay en Yucatán y de ahí empezó el impulso para crear este proyecto, dentro de este lugar de mil 800 metros cuadrados, divididos en cuatro salones principales”, declaró el empresario.
Al entrar al museo se explica que los mayas creían que el hombre provenía de la mazorca, que era un regalo de los dioses, un alimento sagrado. El maíz fue una planta salvaje que los mesoamericanos lograron domesticar hasta hacerla cultivable.
Desde los tiempos prehispánicos, la cocina se entretejía con rituales: lo desconocido, la vida, la muerte y lo divino, se indica en este museo. Estos alimentos se enterraban sobre piedras ardientes o se ponían sobre carbón, de ahí proviene el particular sabor a ahumado que hasta la fecha se conserva.
“La comida es enterrada con una hoja de la región, que es lo que le da el aroma y el ahumado a los guisos, los cuales se pueden preparar en el horno, pero no va a saber igual, le hemos puesto la misma hoja, pero no es lo mismo, la tierra, la leña es lo que le da el sabor”, comentó.
La tortilla como hoy se conoce la trajeron los mexicas que acompañaron a los españoles en la conquista de estas tierras.
Sin embargo, estas tortillas resultaron simples para los mayas, por ello el maíz lo mezclaban con achiote, un condimento yucateco por excelencia, que dio como resultado unas deliciosas tortillas o tostadas rojas llamadas chak oop.
La bebida más popular de los mayas, se informó, fue el pozol, que se hace a base de maíz; si se batía con cacao molido la llamaban “táan chukwaaj” (chocolate).
Al principio del museo también se indica que con la llegada de los españoles algunos elementos de la antigua cocina maya, que los nuevos pobladores encontraron espléndidos al paladar, fueron adaptados como comida cotidiana.
Otros se mezclaron y transformaron dando como resultado una amplia gama de exquisitos y originales platillos de reconocimiento internacional de los cuales los yucatecos están orgullosos.
Mantecón aseveró que el estado cuenta con siete tipos de frijol, el más tradicional y realmente más antiguo fue el frijol blanco.
De igual forma se muestra en el museo un video que se hizo dentro de una comunidad ubicada a dos horas de Mérida, en donde se hace una pequeña explicación de cómo se hace la comida tradicional maya, cómo vive esa familia, es un pueblo pequeño, que viven prácticamente de lo que siembran.
“Esta familia nos abrió la oportunidad a nosotros de poder documentar cómo cocinan su sopa de lima, cómo exprimen su lima, lo que agarran del campo, además cómo hacen el relleno negro, que generalmente lo comen en la noche con pavo”.
Vale la pena mencionar que el achiote es el ingrediente principal para elaborar recado rojo, para hacer pollo pibil y la cochinita, entre otros guisos muy yucatecos. El recado rojo tiene su origen en la salsa que preparaban los mayas a base de k´uxub o achiote molido, machacado y harina de maíz.
Actualmente, el achiote molido se mezcla con diversas especies y se le encuentra en forma de pasta en todos los mercados populares de Yucatán. El recado rojo es la base de conocidos platillos yucatecos como la cochinita o el mukbil pollo.
En otro salón se pueden admirar algunos objetos coloniales que fueron donados por varias personas, que se utilizaban en la cocina tradicional maya, al principios del siglo pasado.
“En Yucatán fuimos conquistados por los españoles, entonces mucha de la comida que se hacía acá, tiene raíces españolas”, platicó el propietario de este museo.
Finalmente, se narró que ciertos platillos recientes de Yucatán, como la sopa de lima, el queso relleno, el frijol con puerco han cautivado el paladar del público yucateco, cuentan con raíces únicas y ancestrales como ser asados a las brasas, agregar acompañamientos de factura yucateca como la cebolla roja asada y el rábano con cilantro y naranja agria.