Alimentación y vida consciente sin plaguicidas
PUEBLA, MÉXICO.– Ser una sociedad civil organizada y trabajar como ciudadanos más allá de la acción individual para incidir en las políticas públicas en materia agroecológica, son las principales acciones necesarias que debieran tomarse en cuenta para exigir una regulación en cuanto al uso de plaguicidas en el país, así lo considera la ecóloga Linda Marín.
México es uno de los países que continúa utilizando plaguicidas que están prohibidos en otras partes del mundo, por lo que la investigadora señaló a LA CAMPIÑA que es necesaria una legislación de su uso en el país, además de invertir en investigación ya que se carece de información sobre el uso desmedido de los plaguicidas y se sabe muy poco sobre los efectos que tiene.
A propósito de la conferencia “Alimentación y vida consciente sin plaguicidas” que impartió recientemente en el Mercado Alternativo Tawa, la académica calificó como grave el hecho de que después de 30 años de haberse puesto el tema en la mesa de discusión, el país continúa en situaciones muy alarmantes, siendo que sigue con el uso de plaguicidas que ya han sido prohibidos en otras partes del mundo.
Como es bien reconocido, dijo que los plaguicidas tienen daños terribles sobre la vida silvestre y afectaciones dramáticas en la población humana, ejemplos de ello el Oxifluorfen, un herbicida que ha sido prohibido en Argentina; el fungicida Quintozeno, que no se permite en la Unión europea; el Glifosato, phibido en países como Francia, Holanda Siri Lanka, El Salvador, Dinamarca y Bélgica; o el Sulprofos, un insecticida que ya ha sido prohibido en la Unión europea, Malasia y Panamá y está restringido en Japón.
Aunque se reconocen algunas de las consecuencias negativas que tiene en los invertebrados, en el país hace falta investigación al respecto para determinar las afectaciones serias y específicas que ellas tienen para las personas:
“No tenemos mucha investigación al respecto, lo que tenemos es mucha gente que se enferma, mucha gente que se muere de cáncer o de enfermedades crónico-degenerativas que finalmente son resultado de efectos subletales de los plaguicidas”.
AGRICULTURA INDUSTRIAL
A pesar de que ya se han estado tomando acciones para hacer frente a la problemática, Linda Marín acotó que la agricultura dominante es la agricultura industrial que utiliza una medida desmesurada de agroquímicos, y finalmente las prácticas agroecológicas “son pequeñas islas inmersas en un mar de plaguicidas que de alguna u otra forma llegan a los sistemas que están luchando por conservar la vida pero que finalmente son afectados por el mar de agroquímicos”.
“Es importante primero que sepamos esta información y que después la concienticemos, porque si bien tenemos movimientos agroecológicos, se tienen en muy baja escala en el país”.
Frente al panorama, la ecóloga reconoce la urgente necesidad de regular su uso en México, una acción que debe comenzar con la información, concientización y hacer acción civil: “Está muy bien que tratemos de conseguir nuestra comida sana, es un buen paso, pero hay que tomar en cuenta que la agricultura industrial es masiva y entonces necesitamos actuar a otros niveles, necesitamos organizarnos y demandar al gobierno acciones concisas.
“Lo que necesitamos es trabajar como ciudadanos más allá de la acción individual, y ser una sociedad civil organizada, y de alguna manera incidir en la política pública”.