Hummus: ¿De dónde viene? y ¿Cómo lo comemos los mexicanos?

MÉXICO.- Esta delicia culinaria llamada hummus es un alimento que ha estado presente en las culturas más antiguas del mundo, y aunque su origen no es del todo claro, se puede rastrear sus inicios en la región de Oriente Medio, la zona Mediterránea y Egipto.

El garbanzo, que es el ingrediente principal del hummus, se ha cultivado en la antigua Palestina y se han encontrado registros de su presencia también en la ya extinta Mesopotamia.

Con este contexto ya podemos tener una idea del largo recorrido histórico que tiene este alimento, que es tan nutritivo y práctico, que en la actualidad es muy popular incluso para acompañar botanas o como bocadillo de sobremesa.

Esta pasta cremosa elaborada con garbanzos, aceite de oliva, ajo, sal y pasta de sésamo, es rica en nutrientes como el hierro, zinc, Vitamina C, Vitamina B6, ácido fólico, entre otros más.

Uno de sus aportes nutricionales más relevantes es su alto contenido de proteína, pues el garbanzo es una de las leguminosas que más aporta en este sentido, siendo parte importante de la dieta de veganos y vegetarianos que buscan proteínas vegetales para completar su dieta diaria.

Es muy práctico y su sabor característico va a la perfección con alimentos neutros como los panecillos, las tostadas, las galletas o las tortillas, pues estos permiten disfrutar de su textura suave y untable, con el contraste crocante y firme de sus acompañamientos.

El hummus es un platillo adaptable al gusto de quien lo prepara, pues la cantidad de ajo, sal o especias que se le agregan dependerá de qué tan fuerte o suave se quiere que sea el sabor. A los mexicanos, por ejemplo, nos gusta añadir un toque picante a casi todo, por lo que no es extraño que en algunas ocasiones el hummus se prepare, añadiendo a la mezcla, algún tipo de chile seco, o chile quebrado, que, a gusto de muchos, hace resaltar los sabores de este platillo.

EL GARBANZO

En México, 10 entidades son productoras de garbanzo, entre las que destacan Sinaloa, Michoacán y Sonora. Esto corresponde también a las necesidades propias de la planta, pues le benefician los suelos francos, mullidos, bien drenados, aireados y profundos. Tiene también una excelente adaptación a suelos áridos y secos.

A pesar de que el garbanzo como cultivo es tolerante a la sequía, en sus primeras etapas de desarrollo la humedad es absolutamente necesaria, especialmente para que el nivel de productividad de la planta sea óptimo.

Por todo esto es que te invitamos a conocer esta delicia culinaria y con ello, goces de la vitalidad y energía que te aportará, además de una experiencia gastronómica digna de recordar.