México prepara cambios de fondo para favorecer ejidos y comunidades agrarias
Se busca rescatar, defender y revalorizar la tierra como agente clave para la construcción de la paz.
PUEBLA, MÉXICO.- Con distintas acciones estructurales —que consideran el sector agrario como tema de seguridad nacional— México prepara un cambio de fondo para revertir el marco constitucional vigente que, desde 1992, ha tenido como fin desaparecer la propiedad social en México. A cambio, propone rescatar, defender y revalorizar la tierra como agente clave para la construcción de la paz.
En el marco del Primer Congreso Internacional de Alimentación Sustentable convocado por los Tribunales Agrarios, el procurador Agrario, Víctor Suárez Carrera, afirmó que no hay justicia agraria mientras prevalezca el marco privatizador y de despojo prevaleciente, por lo que se trabaja en acciones estructurales que contribuyan a establecer un marco constitucional que revalorice a los ejidos y a las comunidades agrarias en México con una perspectiva integral.
La nueva misión es rescatar, defender y revalorizar a los ejidos y a las comunidades agrarias y transformarlas en unidades de desarrollo integral, social, económico y ambiental con base en el ordenamiento territorial participativo y en su organización autogestiva, democrativa y eficiente, con un enfoque de igualdad de género, de relevo generacional, pertinencia cultural y construcción de paz”, dijo.
Como antecedente, Suárez Carrera explicó que es fundamental rescatar la perspectiva que da origen a la propiedad social en México, la cual se remonta al pasado grandioso de las civilizaciones mesoamericanas de nuestro país y de la existencia de formas, propiedad y gestión de la tierra y los territorios de los pueblos indígenas.
Es un legado histórico que ha prevalecido y ha sido posible a través de la resistencia de las comunidades indígenas desde la Colonia”, añadió.
El procurador Agrario habló sobre una reestructuración de esta institución Federal y la ejecución de distintas acciones para ayudar a revertir esa visión privatizadora de la tierra que fue reforzada durante el neoliberalismo, causando una gran ofensiva contra la propiedad social.
Entre estas acciones estructurales para los cien primeros días del Gobierno de México encabezado por la presidenta Claudia Sheinmbaum Pardo se encuentran: liberaciones de derechos de vías para trenes de pasajeros, reocnocimeinto de derechos agrarios para mujeres, resolución de conflictos grarios vistos como “focos rojos”, un nuevo reglamento interno (de la Procuraduría Agraria) y una reestructruación institucional donde los visitadores agrarios pasarán a ser organizadores agrarios.
Además, se prevé implementar una nueva estrategia de vinculación territorial, una Procurauría Agraria “de territorio y no de escritorio”.
Durante su exposición, Víctor Suárez destacó que la presente administración Federal asume como una acción estratégica considerar el sector agrario como un tema de seguridad nacional y clave para construcción de la paz en México, por lo que se prevé una simplificación radical de trámites y digitalización, la instalación de oficinas virtuales en cada ejido y comunidad, el establecimiento de 15 mil ejidos con planes de desarrollo integral socioeconómico ambiental, incentivos fiscales para desarrollo ambiental en comunidades agrarias, entre otras acciones.
Recordó que, desde la resistencia histórica en la Revolución Mexicana, poco más del 50 por ciento del territorio nuestro país está en manos campesinas y de los pueblos indígenas, por lo que debe procurarse la justicia agraria desarticulando el marco privatizador vigente hasta la fecha.
No puede haber justicia agraria con el mismo marco privatizador y de despojo que sigue considerando que las tierra en manos ejidales y comunales son tierras en manos muertas, que son territorios en manos muertas, que se tienen que privatizar y hasta se considera que los terrenos están baldíos, que la gente no importa, que las comunidades campesinas no importan, que los indígenas no importan; esa es la visión neoliberal, por eso nos proponemos un cambio de fondo”.
Finalmente, advirtió que este sexenio constituye la última oportunidad de salvar a la propiedad social de la tierra.
Si no se logra en esta administración, el sector agrario vamos a ser cómplices de esas políticas neoliberales y seremos acompañantes de la consumación de la desaparición de la tierra social en México, lo cual no vamos a permitir”.