El pastel de chocolate, un deleite casi pecaminoso
El chocolate es uno de los grandes descubrimientos del nuevo mundo que se extendieron por todo el orbe después del periodo de la conquista
MÉXICO.- El chocolate es uno de los grandes descubrimientos del nuevo mundo que se extendieron por todo el orbe después del periodo de la conquista. El cacao derivado en el delicioso chocolate, se ha convertido desde entonces en un gusto tan exquisito que se encuentra en infinidad de postres, dulces, glaseados y gran cantidad de productos horneados.
Uno de ellos, y el favorito de muchos, es sin duda, el pastel de chocolate. Una de las referencias más antiguas que indica la utilización de chocolate en productos horneados, nos sitúa en el año de 1779, en una carta escrita por el marqués de Sade, que se encontraba en prisión desde 1777 acusado de llevar una conducta disoluta. Dicha carta iba dirigida a su esposa, a la que le hacía una crítica por los postres de chocolate que le había llevado. Su queja se centraba en que no tenían el sabor específico del chocolate y que sospechaba que en la elaboración de tales productos (pasteles y galletas) se habían utilizado una suerte de producto adulterado, por ello enviaba esta queja escrita con el afán de que su esposa pusiera mayor cuidado al mandar a elaborar estos postres destinados para él.
En dicha misiva aseguraba que el pastel tenía un color oscuro, que no tenía ni el más mínimo sabor a chocolate, en sus propias palabras lo describió de la siguiente manera: “Quería que fuera chocolate por dentro, del cual no contiene ni el más mínimo indicio; lo han coloreado con una especie de hierba oscura, pero no hay lo que podría llamarse la más mínima sospecha de chocolate… Las galletas deben oler a chocolate, como si uno mordiera una barra de chocolate.”
En esta carta, además de evidenciar las excentricidades y la sutileza del exigente paladar de este personaje en relación a los productos horneados con chocolate, nos permite, también, darnos cuenta de cómo en esa época, el chocolate era utilizado en la repostería y se tomaba como un artículo de lujo, además de un placer no cotidiano.
En la década de 1930, se comenzó a popularizar una tarta de chocolate amargo, que parecía ser la mezcla de un muffin y un pastel, este delicioso postre se conocía como “comida del diablo”, llamado así supuestamente por ser tan delicioso, que se consideraba un gusto casi pecaminoso.
Este postre fue un parteaguas en la historia de lo que conocemos como pastel de chocolate, pues los anteriores, consistían en un pan amarillo recubierto de chocolate derretido, y fue a partir de la “comida del diablo”, que se integró el chocolate directamente en la masa, haciendo que el pan tomara una tonalidad oscura, muy similar a la del pastel de chocolate tal cual como lo conocemos en la actualidad.
Una de las principales razones por las cuales no se incorporó el chocolate desde un principio en la masa, tuvo que ver con el precio. Pues al ser una novedad de la confitería, su costo era elevado, lo que hacía difícil utilizar grandes cantidades de chocolate para fundirlo e integrarlo con la masa. Por fortuna, cuando el precio llegó a ser más accesible, comenzó a usarse de esta forma, dándole al pan, el característico sabor del chocolate y volviéndose la fascinación de muchos.