Recientes estudios sobre la Guerra de Castas proponen un nuevo concepto: la Guerra del Maíz
Lo que hay es una búsqueda por parte de los ejércitos de blancos para someter a los pueblos, así como de los propios indígenas por conservar su maíz, proteger su milpa y sembrar durante el repliegue
MÉXICO.- Luego de una primera edición electrónica, se presentó en formato físico el libro U Maayab ba’ate’il. La Guerra Social Maya o de Castas, nuevos aportes (2023), en el marco de la XXIV Feria Internacional del Libro Zócalo Ciudad de México, el cual fue coordinado por el historiador José Manuel A. Chávez Gómez y publicado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), órgano de la Secretaría de Cultura federal.
Se trata de un panorama histórico general que documenta procesos que no habían sido estudiados en su conjunto, el cual aporta una visión diferente de los distintos entornos sociales y bélicos de este conflicto armado y analiza sus repercusiones actuales.
Durante los comentarios acerca de la novedad editorial, Melchor Campos García (investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán, autor del tercer capítulo de la obra: “La Guerra del Maíz. Milpas y familias rebeldes de Yucatán, 1848-1852”) explicó que la Guerra de Castas se denominó con este nombre desde que inició el conflicto, el 30 de julio de 1847, y hasta que culminó, en 1901, “como si fuera un conflicto que va desarrollando toda su genética a lo largo de esos poco más de 50 años, pero no es así”.
“Tengo un cuestionamiento respecto a que sea un conflicto de rebelión y de guerra maya contra los blancos, porque al inicio hay mucha participación de diferentes castas en el grupo de los rebeldes. En mayo de 1848, inicia un repliegue, después de avanzar a Izamal, a la región de la antigua estructura colonial de Yucatán. Hay que recordar que son campesinos y que mayo es la época de lluvia y deben regresar a sembrar. Leyendo los materiales de archivo, me doy cuenta de que no hay conflicto de naturaleza étnica: lo que hay es una búsqueda por parte de los ejércitos de blancos para someter a los pueblos, así como de los propios indígenas por conservar su maíz, proteger su milpa y sembrar durante el repliegue”.
“Lo que vamos a encontrar —añadió— es una lucha por la posesión de las milpas. Se van a desarrollar estrategias para buscarlas y saquearlas, incendiarlas, con miras de dañar ese sustento de vida no solo para el hombre armado, sino para el conjunto de su familia. Ese periodo se prolongó hasta que apareció el fenómeno de la Cruz Parlante: entonces, hay un renacimiento, una revitalización de los mayas por esa cosmovisión de contacto entre la tierra y lo divino y la representación que tiene sobre la naturaleza, de manera que en ese momento se abrió otro periodo de guerra. La etapa que va desde el repliegue, en 1848, hasta la aparición de la Cruz Parlante, en 1851, es la lucha por el maíz”.
En tanto, para la investigadora independiente Bertha Pascasio Guillén, “en este libro, las y los autores presentan una vuelta de tuerca acerca de un tema del que aún queda mucho por atender y comprender”, pues la publicación constituye un esfuerzo por mostrar nuevas miradas en torno a un antiguo problema cuyo estudio y análisis continuamente se menciona que se ha agotado: “Tal aseveración constituye un gran error”, señaló.
“Desde la portada, el libro invita a ver la Guerra de Castas con una mirada que no es la usual para este tema”: se trata del detalle de una pequeña pintura realizada en el siglo XIX, en la que se observan las vestimentas de la época, la distribución de la población, el tipo de armamento de cada bando; pero, sobre todo, las dimensiones de un conflicto armado que siempre tuvo en sí mismo una gran variedad de matices. La obra pertenece al lote de acuarelas sobre diversos episodios de la historia decimonónica en la península de Yucatán, la cual se resguarda en el Museo del Pueblo Maya de Dzibilchaltún.
La portada da paso a un vasto y rico contenido que exhibe un trabajo interdisciplinario e inclusivo, que cuestiona desde la nominación con que se ha designado a este movimiento social hasta las miradas que se han excluido de su análisis:
“Es un libro que, además de dar respuestas, plantea nuevas interrogantes, abriendo brechas y caminos que inciten a continuar trabajando el tema”, finalizó la investigadora.