Revista

Datos curiosos sobre la sal y su importancia para la humanidad

Ha sido empleada desde la antigüedad como ingrediente en la elaboración de platillos, como conservador de pescado o carne, como fijador en el empleo de tintes vegetales o minerales, como ingrediente de valor medicinal y también como valor de intercambio y de acumulación de riqueza.

Redacción La Campiña

MÉXICO.- La sal es un condimento alimenticio muy común en nuestros días, que puede ser adquirido de manera fácil, y que más allá de la mesa y de la cocina –llama muy poco la atención– a pesar de que posee una historia tan apasionante como insospechada.

Este mineral está asociado a la historia de la humanidad, ya que ha sido empleado desde la antigüedad como ingrediente en la elaboración de platillos, como conservador de pescado o carne, como fijador en el empleo de tintes vegetales o minerales, como ingrediente de valor medicinal y también como valor de intercambio y de acumulación de riqueza.

Sal prehispánica de Zapotitlán, con miras a ser declarada patrimonio cultural

Esto sin olvidar, que en cantidades adecuadas, el sodio –que contiene la sal– tiene múltiples funciones necesarias para el buen funcionamiento del organismo humano. Quizá por eso el escritor romano Casiodoro decía: “Alguien puede no querer oro, pero nunca habrá quien no quiera sal.”

Aquí te dejamos algunos datos curiosos sobre la importancia que la sal ha tenido desde la antigüedad, tanto en Europa, como lo fue también en Mesoamérica.

Una de las más importantes y antiguas fuentes salinas en Europa durante el periodo Neolítico y la edad de cobre fue Provadia-Solnitsata en los Balcanes, junto al Mar Negro. En esa región se han descubierto extensos asentamientos con muchas instalaciones para hacer sal y cerámica asociada a su fabricación. Se considera que en esta época, la salmuera se evaporaba en recipientes de barro de paredes delgadas hechos ex profeso y colocados dentro de los hornos domésticos.

  1. En China, existió también una industria salinera de gran tamaño desde épocas remotas, desde el año 206 a.C. al 960 d.C. Durante este periodo los comerciantes amasaron grandes fortunas en actividades libres de impuestos, como fueron el comercio de hierro, sal y licor. Frente a esta situación, el Estado Imperial Chino introdujo impuestos, además de que decretó la distribución de las mercancías antes mencionadas, como una actividad propia y única del  estado. Por cierto, la industria de la sal no pasó desapercibida para Marco Polo durante sus cerca de 17 años que viajó por China.
  2. Durante la Edad Media, los barcos de los reinos y dominios costeros pescaban y transportaban grandes cargamentos de diversos tipos de pescado. Sin embargo, en esta época el arenque fue la fuente de alimento más confiable para satisfacer la necesidad de proteína animal en la Europa medieval. Fue en este periodo, que uno de los usos principales de la sal estuvo ligado al procesamiento del arenque. De hecho, se requerían inmensas cantidades de este mineral, por lo que los principales centros de almacenamiento y producción se establecieron lo más cerca posible a las principales áreas de pesca.
  3. La sal, siguió siendo un producto de primer orden. Se cree que los altos precios, así como los elevados impuestos a este mineral, fueron algunas de las causas –entre otras– que dieron lugar a la Revolución Francesa.
  4. Iztatl, es el vocablo náhuatl que se traduce como sal y del que se derivan diversas palabras. Según lo expresado por la arqueóloga Beatriz Zúñiga Bárcenas, a la sal de mar la llamaban iztaxalli; a las salinas o al lugar donde se hacía sal se le nombraba iztachihualoyan o iztaquixtiloyan; los especialistas en la producción de sal llevaban el título de iztachiuhqui o iztatlacatl; mientras que a los vendedores de la sal se les designaba como iztanamacac; quienes la comerciaban en forma de panes iztayaualli; molida iztapinolli; o bien en salmuera o iztayotl.
  5. El consumo de la sal en el mundo Mesoamericano fue primordial, si consideramos que cuando los grupos se volvieron sedentarios y comenzaron a establecer ciudades –a la par que desarrollaron la agricultura–  basaron la mayor parte de su subsistencia en el cultivo de plantas alimenticias, experimentando así la carencia de este mineral –que en Europa lo ofrecía la ganadería mayor– por lo que tuvieron añadirlo a la comida, convirtiéndose en un recurso estratégico.
  6. En la época prehispánica, además de su uso en los alimentos, fue utilizado como elemento curativo al combinarse con las diversas plantas medicinales, permitiendo aliviar males que iban desde dolor de muelas hasta la inflamación de las encías, por señalar algunos. Asimismo, se empleó para fijar los colores en los textiles; como tributo y como conservador de alimentos, en especial para el pescado y de otros alimentos que se transportaban por largas distancias.
  7. Los yacimientos de sal fueron tan importantes para la supervivencia de los grupos humanos mesoamericanos, que incluso se libraron guerras por su posesión. Por ejemplo, el sitio maya de Emal, donde se ubicaba el depósito  más rica de la costa de Yucatán, estaba fortificado, con el fin de resistir las incursiones enemigas.
  8. La sal fue tan importante en este periodo, que abarcó, incluso, el pensamiento religioso de los grupos nahuas, atribuyéndose su descubrimiento a una divinidad, a la diosa, Huixtocíhuatl, hermana mayor de los dioses tlaloques quienes después de una disputa la desterraron a las aguas saladas. Se creía que en ese lugar,  descubrió la forma de hacer la sal y por ese don, los salineros la veneraban y la honraban con la celebración de una fiesta en el mes de tecuilhuitontli o “fiesta menor de los señores”.

EL APUNTE

La sal –consumida con moderación– seguirá siendo una pieza imprescindible en la cocina mexicana, ya que a decir de Rosa María Garza Marcué y Cecilia Vázquez Ahumada, proviene de una tradición prehispánica, en la que se incluyen además otros productos:

En las cocinas mexicanas actuales encontramos la tradición alimentaria de las sociedades prehispánicas cuyos ingredientes giraban en torno al frijol, el chile, el maíz, calabaza, jitomates, amaranto, sal, nopales, vainilla, achiote, epazote, hongos, quelites, insectos, peces, flores, agaves y una larga lista de productos que sería prolijo describir.”

Con información SIAP

Artículos relacionados

Te puede interesar
Close
Back to top button