Agricultura

Otros usos del tejocote, además del navideño

Una fruta que forma parte de la diversidad que caracteriza al país

Redacción La Campiña

MÉXICO.- Desde siempre, la cantidad de plantas y frutos que produce nuestro país maravilló a la infinidad de viajeros que llegaron a estas tierras. Uno de ellos fue la escocesa Frances Erskine Inglis -esposa del primer ministro plenipotenciario de España en México- mejor conocida como Madame Calderón de la Barca.

Durante sus dos años de estancia, nunca dejó de asombrarse del universo vegetal que en muchos de los casos estaba descubriendo, sobre todo cuando hablaba de las frutas. Durante su trayecto del Puerto de Veracruz a la Ciudad de México indicaba: “El camino corre a través de un terreno boscoso. Árboles en flor, cubiertos de variedad de flores y cargados de las frutas tropicales más deliciosas.”

Y tenía razón, la megadiversidad biológica de nuestro país constituye no sólo un privilegio, sino también un potencial para el desarrollo sustentable, además de que representa una responsabilidad con nuestra sociedad y ante el mundo. Sin embargo, su manejo y conservación requieren conocimiento sólido y el desarrollo de capacidades para su gestión.

Este es el caso del tejocote. A pesar de que el país cuenta con 720 especies frutícolas -de las que se considera que alrededor de 540 son nativas- sólo un  pequeño grupo de frutas son utilizadas para el consumo humano.

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Esta situación, como lo ha señalado el investigador de la Universidad Autónoma Chapingo (UACH), Dr. Raúl Nieto Ángel requiere necesariamente “una reflexión detallada, sobre todo para analizar las causas de deterioro y la marginación de ciertas especies vegetales todavía supervivientes y con altos potenciales productivos y de consumo”, muchas de las cuales son silvestres y se comercializan en los mercados locales y regionales.

Llegó la temporada de tejocote

Desde la época prehispánica, el tejocote fue aprovechado en recolección, para posteriormente ser plantado en los solares de los pueblos indígenas. Así lo registró Fray Bernardino de Sahagún en su Historia General de las cosas de la Nueva España, cuando en su Libro XI describe: “… los árboles en que se hacen las manzanillas de la tierra son árboles medianos y acopados, tienen recia madera; el fruto de ellos se llama como el árbol, texócotl, son amarillos y colorados por de fuera y de dentro blancos; tiene cosquecillos dentro, son muy buenos de comer”.

No obstante que, en la actualidad, su reconocimiento y principal uso se relaciona con las fiestas navideñas, como uno de los ingredientes del ponche, en el relleno de las piñatas o en la elaboración de dulces -incluidas las mermeladas y jaleas- el tejocote tiene un potencial que se requiere examinar y aprovechar. Aquí algunos ejemplos:

  • En la preservación de terrenos y paisajes, puede utilizarse en la conservación del suelo y control de la erosión, ya es un excelente aliado para reforestar taludes y barrancas en zonas semiáridas. De acuerdo con la CONABIO y a la Comisión Nacional Forestal, su resistencia a enfermedades y condiciones adversas son características importantes para considerarlo en plantaciones de restauración de sitios degradados. Conforme a los trabajos de investigación de la UACH y el Dr. Nieto Ángel, el valor ecológico del árbol de tejocote radica en la capacidad adaptativa de la raíz a las condiciones edafoclimáticas de diversas regiones.
  • Gracias a que se encuentra ampliamente distribuido a lo largo y ancho del territorio nacional, en la fruticultura puede utilizarse como portainjerto de frutales como manzano, peral, níspero, durazno y membrillo, debido a su resistencia a la sequía y enfermedades.
  • De igual forma, sus frutos, hojas y brotes tiernos, cumplen una importante función forrajera, en especial para pequeños establos de cerdos, chivos, borregos y conejos. Se considera que el valor nutritivo de los frutos del tejocote es equivalente al 25% del que representa el maíz, en tanto que las hojas tienen un alto contenido de minerales.
  • Otras investigaciones han registrado compuestos que están asociados a la salud humana. Trabajos del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo y de la Universidad Autónoma de Querétaro, indican que este fruto puede ser utilizado para tratar un sinnúmero de padecimientos, entre las que se incluyen enfermedades cardiovasculares. Esto debido a que se han identificado compuestos fenólicos cuya actividad antioxidante tiene efectos benéficos para la salud.

El tejocote, sin duda forma parte de la biodiversidad biológica que caracteriza a este país. Aunque muy conocido por la tradición navideña, lo cierto es que su consumo en otras preparaciones o como fruto fresco ha disminuido cada vez más, lo que puede reducir su producción y con ello desaprovechar el enorme potencial que tiene. La búsqueda de opciones para un desarrollo sustentable, puede tener respuestas en nuestras plantas y frutos originarios.

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