Revista

Bebidas que no deberían denominarse licor

Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Beber licor como aperitivo es una forma ritual en las ceremonias de la mesa que se ha extendido prácticamente en todo el mundo, ya sea antes de las comidas para abrir el apetito o después de comer para facilitar la digestión.

La práctica se remonta a las culturas egipcias, griegas y romanas con fines medicinales, popularizándose en la Edad Media cuando en los monasterios se preparaban brebajes con hierbas para fines terapéuticos.

Con el paso del tiempo, consumir licores se amplió no solamente como un acto ritual previo o posterior a la comida, sino que se comenzó a beber de forma recreativa cada vez con mayor incidencia.

Más tarde, la mercantilización de las bebidas alcohólicas hizo que se extendiera su consumo en todo el mundo al grado de que a nivel mundial es un problema grave de salud en el que organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han trabajado para su prevención y control.

En México el uso excesivo de alcohol representa uno de los problemas de salud pública con mayor arraigo social; de acuerdo con la OMS el consumo de riesgo contempla el consumo regular de 20 a 40 gramos diarios de alcohol en mujeres y de 40 a 60 gramos diarios en hombres.

Entre las causas se podría contemplar la venta de bebidas a precios bajos, menores a 130 pesos, a pesar de la implementación de la “Norma Oficial Mexicana (NOM) NOM-142-SSA1/SCFI-2014 Bebidas alcohólicas. Especificaciones sanitarias. Etiquetado sanitario y comercial”.

Entre ellos se encuentra  bebidas como el ron, vodka, whisky, brandy, charanda, ginebra y con mayor frecuencia licores de caña, de agave y destilados de caña, de los cuales la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha alertado de su compra ya que “no deberían denominarse licor, toda vez que no cumplieron con el mínimo de porcentaje de azúcares para ello”.

En los licores el índice de alcohol varía de 15 a 55% vol, pero la media es de 40% vol, con entre 100 a 250 gramos de azúcar por litro, de acuerdo con el Diccionario Gastronómico Larousse Cocina.

Un estudio recién publicado del Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor de la Profeco, encontró algunas marcas de licores que no deberían denominarse licor. Aquí te las presentamos:

  • EL LEÓN DORADO / Licor de caña / México / 960 ml (tuvo menos del 0.2%)
  • EL COMPADRE / Licor de agave Reposado / México / 750 ml (menos del 0.2%)
  • VÉRTIGO / Licor de agave / México / 750 ml (menos del 0.2%)
  • PALOMA BLANCA / Licor de agave / México / 1 L (menos del 0.2%)
  • EL COMPADRE / Licor de agave Cristalino Reposado/ México / 1 L (menos del 0.2%)
  • EL MEZCALITO DE TONAYA / Licor de caña / México / 1.75 L; y TONAYÁN / Licor de caña / México / 960 ml pueden inducir a error, ya que ostentan el símbolo ANIDA, de la Asociación Nacional de Industriales Derivados del Agave, y no son derivados del agave, se trata de licores de caña.

Artículos relacionados

Back to top button