Mollete poblano, una dulce tradición de temporada
Fotografía: Magdiel Olano
PUEBLA, MÉXICO.- Los molletes de Santa Clara fueron los dulces típicos de Puebla que engalanaron este fin de semana los parques del Centro Histórico, durante la realización del Primer Festival de Dulce Poblano, pues solamente se preparan por temporada.
La iniciativa del festival corrió a cargo del Ayuntamiento municipal, y se dio con la intención de promover el comercio local, que se reactive el consumo y la economía, y que también no se pierdan las tradiciones de la ciudad.
Los parques de Los Sapos, Analco, el Carolino y la 6 Oriente, más conocida como “la calle de los dulces”, recibieron a decenas de familias que se acercaron a degustar lo mejor de los postres originarios del municipio, caramelos que son una mezcla de las gastronomías mexicana, española y árabe.
Además de jamoncillos, macarrones, tortitas, borrachitos, alegrías o los tan afamados camotes de Puebla, este fin de semana destacaron los molletes de Santa Clara, un postre único en el país que solamente se elabora entre los meses de julio a inicios de septiembre para acompañar a los chiles en nogada, los cuales también en un incio fueron un postre.
El mollete típico poblano es una especie de pan de huevo, relleno de crema pastelera y saborizado con brandi y coco; lo que le da su nombre es el dulce que lleva encima: jamoncillo de pepita, el mismo dulce de la tortita de Santa Clara.
A la preparación de los molletes de Santa Clara se sumó doña Clarita desde 1980, quien tiene un negocio de galletas artesanales que promete preservar el amor y los sabores con los que cocinan las abuelas.
LA TRADICIÓN
En entrevista con LA CAMPIÑA, Agrid contó que al negocio de la abuela le siguieron sus hijas Judith, Agrid, Francisco y su nieta María José, y juntas se involucraron en la creación del postre tan representativo de Puebla.
Narra la historia que la tradición surgió cuando las monjas agustinas del convento de Santa Mónica ofrecieron al personaje histórico de la Independencia, Agustín de Iturbide, en su paso por Puebla rumbo a la Ciudad de México, los chiles en nogada y el muégano para deleitarlo.
Como señala Agrid, el proceso es “elaborado” pues hay que desde hacer el pan con los ingredientes exactos como lo indica la receta original, la crema pastelera para el relleno y además hacer el dulce de pepita en cazos de cobre específicamente para que conserve el sabor típico. No obstante, asegura que todo gran esfuerzo, tiene su grata recompensa.
“Aunque suena muy elaborado es una explosión de sabor en el paladar. Esto se tiene que hacer con mucho amor, de manera muy tradicional y también es un trabajo además de artesanal, familiar”.
La poblana invitó a los locales y visitantes a recorrer por la tradición gastronómica del estado más allá de los festivales, pues aunque son un gran incentivo, las tradiciones permanecen en cualquier época del año.
“Que se den la oportunidad de conocer nuestra historia, de conocer más de Puebla; porque aunque estamos viviendo en esta ciudad muchas veces desconocemos qué podemos hacer, y en lugar de que salgan a otros lugares que se queden, apoyen en comercio local y se rescate la cultura y la tradición”.