Agricultura

Tras TLCAN, aumenta hasta cuatro veces intoxicación por plaguicidas

Magdiel Olano

MÉXICO.- La intoxicación de personas por el uso de plaguicidas en el sector agropecuario  en México ha tenido un considerable aumento en los últimos 30 años, al registrar incrementos alarmantes de hasta cuatro veces, principalmente desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN).

En el país, en el periodo 1988 a 1993, previo a la apertura comercial de México con Estados Unidos y Canadá, hubo en promedio mil 600 casos por intoxicación al año, de acuerdo con el informe “Impacto del uso de plaguicidas en el sector agropecuario”, recientemente publicado y actualizado hasta el 2020.

El documento elaborado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) de la Cámara de Diputados, estima que a partir de 1994, en el marco del TLCAN, los casos se incrementaron a casi 6 mil 900, es decir, cuatro veces más respecto del periodo anterior.

Aun más, a partir del año 2000 hasta el 2019, las personas intoxicadas promediaron 3 mil 500, cifra 2.2 veces mayor con respecto a la que se tenía registrados hasta antes de 1994.

Los números toman relevancia cuando se contrarrestan con las múltiples solicitudes que han hecho organizaciones agropecuarias para quedar exentadas del decreto que impide el uso del maíz transgénico y el glifosato en México, herbicida catalogado como cancerígeno.

Entre ellas Bayer-Monsanto, el  Consejo Nacional Agropecuario (CNA), entre otras 17 solicitudes en contra de la prohibición por parte de empresas que han argumentado un “daño inminente” si elimina el uso del los plaguicidas en la agroindustria nacional.

El CNA, por ejemplo, argumenta que “prohibir el uso de maíz genéticamente modificado implica el desabasto de alimentos humanos y pecuarios”, y añade que “en lugar de tener un importante insumo para una productiva industria, nos veríamos obligados a importar proteína animal de valor agregado, misma que hoy México también exporta”, esto tras que este lunes el juez Martín Adolfo Santos Pérez negó el amparo para que no se le aplique la normativa.

Este organismo agroindustrial ha insistido que lo más “preocupante” es la “incertidumbre que se genera a partir de interpretaciones radicales y alejadas de la ciencia”, haciendo alusión a múltiples organizaciones civiles en contra del uso del glifosato y en defensa de la semilla nativa, concentradas en la Campaña Nacional Sin Maíz no hay País.

Y es que las organizaciones ambientalistas ha reiterado en innumerables ocasiones que el uso extendido de los plaguicidas ha causado problemas de salud y muertes en muchas partes del mundo, por lo general como consecuencia de la exposición laboral y la intoxicación accidental o deliberada.

AUTOENVENENAMIENTO

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque hay pocos datos disponibles, se estima que en 2002 la rededor del mundo, el autoenvenenamiento por causa de la ingestión prevenible de un plaguicida ascendió a 186 mil muertes y dejó 4.4 millones de personas con alguna discapacidad.

La OMS también identifica otros efectos nocivos como la contaminación ambiental, por ejemplo, la facilidad de dispersión de los herbicidas en el medio ambiente posibilita que los residuos contaminen el agua, los suelos y los alimentos.

En México, existe una asociación con el nombre de Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnologí  AC (PROCCYT), que representa a la industria de los agroquímicos, es decir, las empresas que tienen presencia a nivel mundial y aquellas que son líderes a nivel nacional.

Este grupo empresarial señala que las bondades de los productos en la agricultura son, en resumen, la  productividad y el ahorro de jornales; sin embargo, no se precisa en qué beneficia a los otros factores de la producción ó cuáles son los costos colaterales en los recursos medioambientales como agua, suelo, flora y fauna.

El referido informe publicado por la Cámara de Diputados considera que el desarrollo de la agricultura intensiva busca alcanzar mayor producción y productividad, lo cual obliga a tener algunas condicionantes como el uso de  semilla mejorada, alta densidad de siembra, uso intensivo de insumos como los fertilizantes y por supuesto, los plaguicidas.

Por ello, si se continua por esa ruta se pone en riesgo la salud generalizada de los seres vivos en el planeta.

Artículos relacionados

Back to top button