Hijos del Maíz

Banco de Semillas de Maíz Nativo, reivindicación de campesinos poblanos

Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Más que un lugar donde se resguardan variedades de maíz, el Banco de Semillas Nativas es un sitio de reivindicación para los campesinos, quienes a pesar de ser defensores de la tierra y guardianes de la soberanía alimentaria, por décadas han sido marginados y excluidos.

Y es que aunque Puebla cuenta con una gran vocación agrícola en muchas de sus juntas auxiliares, poco había sido el interés de los gobiernos por rescatar de la urbe las zonas rurales que aún permanecen en la periferia de la ciudad.

Ubicado al sur de la capital poblana al interior del Parque Centenario Laguna de Chapulco, dicho banco resguarda 160 muestras de semillas de maíz nativo de las variedades azul, blanco, rojo y amarillo, todas donaciones de productores de 16 ejidos, lo cual lo posiciona como el primer espacio de este tipo surgido por iniciativa de una administración municipal.

Fotografía: Magdiel Olano

Durante un año, ella ha trabajado con 10 juntas auxiliares: San Pedro Zacachimalpa, Santa María Xonacatepec, La Resurrección, San Sebastián de Aparicio, San Francisco Totimehuacán, San Miguel Canoa, San Andrés Azumiatla, Santa María Guadalupe Tecola, San Baltazar Tetela y Santo Tomás Chiautla.

De acuerdo con datos del Ayuntamiento, el municipio produce más de 20 mil toneladas de maíz, pero existe un bajo rendimiento en las tierras agrícolas de todo el estado y una insuficiencia productiva, pues la demanda es superior a las 480 mil toneladas por año.

Ocho de las 59 razas de maíz de México son nativas de Puebla, tres de ellas localizadas en la capital y utilizadas al menos por 249 productores, sin embargo están en riesgo de ser contaminadas por variedades híbridas.

De ahí deriva la importancia de resguardar el germoplasma, tal como consideró Pascual García Aguilar, director de Desarrollo Rural de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Sustentabilidad del Ayuntamiento de Puebla, quien dijo que el tema debió estar desde hace mucho tiempo en la agenda política:

“Es muy importante haber subido a la agenda pública política un tema tan importante que es la alimentación; y afortunadamente no nos quedamos ahí, ahora estamos trabajando también en la ciudad”.

VARIEDADES EN MUNICIPIO DE PUEBLA

En entrevista para LA CAMPIÑA, el funcionario mencionó que, entre otros trabajos, el banco busca determinar las variedades de semilla que hay en el municipio, cuántas de sus poblaciones trabajan con maíces nativos y cuántos con transgénicos, para eventualmente eliminar las especies modificadas e introducir las nativas que incluso serían una alternativa para el cambio climático al ser semillas adaptadas a las nuevas condiciones.

Lo anterior pues según el Atlas Agroalimentario 2020, a pesar de que México es el centro de domesticación de esta planta, son más de 16.5 millones de toneladas de maíz las que se importan cada año desde Estados Unidos, principalmente amarillo, lo cual afecta la soberanía alimentaria y la economía nacional.

“(Mandan) semillas desde kilómetros y alimentos que sobreexplotan recursos del planeta, que tiene químicos, uso de materiales genéticamente modificados, pesticidas. Queremos proteger lo nuestro porque grandes empresas como Bayer o Monsanto tienen el poder de decidir quién come y quién no, porque estamos dependiendo de semillas que vienen de fuera (…). Ahora intentamos reivindicar preservándolas y promoviendo la soberanía alimentaria”.

García Aguilar señaló que más adelante se buscará integrar otras semillas como el frijol o la calabaza, las cuales permitirán regresar al sistema milpa.

LAS TAREAS

Mencionó que el Banco de Semillas Nativas de Maíz “significa soberanía alimentaria, reivindicación y reconocimiento” hacia el sector campesino, toda vez que muchos de quienes se dedican a ello permanecen en condiciones de pobreza económica y de pobreza de suelos cada vez más deteriorados.

Las principales tareas serán, dijo, “empoderar a los campesinos”, darles acompañamiento, capacitaciones, dotarlos de maquinaria, buscar el relevo generacional, además de rescatar el trabajo comunitario y la autoayuda para que puedan encaminar proyectos de forma independiente.

Asimismo, Pascual García comentó que también buscarán contribuir a cambiar la forma de ver a este sector para vincularlo con la sociedad y se le pueda dar la importancia que tiene:

“Lo importante es que los agricultores se sientan protegidos por una sociedad, que se sientan revalorados, que sientan que esta actividad es importantísima; queremos cambiar la forma de verlos. Empecemos por reivindicar la actividad para que los agricultores empiecen a amar la tierra”.

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