Revista

Arraigo a la tierra, la lucha pacífica del campo

Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Paseantes y turistas caminan a los pies de La Gran Pirámide de Cholula, ahí donde la tierra en esta temporada se tiñe de anaranjado para darle vida a las flores de cempasúchil con las que serán conmemorados los fieles difuntos los próximos días.

Niños, jóvenes o adultos por igual pasan y contemplan el hermoso paisaje que han creado los floricultores: al fondo la majestuosidad del volcán Popocatepetl y su fumarola, un poco más a la derecha, en la cima de la pirámide, el Santuario de la Virgen de Los Remedios, y por encima la bondad del cielo que regala a los campos el agua para que crezcan los flores.

Pero las pisadas que ellos ahora marcan en el lodo, ignoran el esfuerzo y el trabajo que ha costado a las manos campesinas mantener sus tierras, porque aunque han pasado ya seis años,  para Jesús sigue siendo importante que los visitantes respeten cada metro sembrado, cada flor y cada pétalo, porque en ellos está la lucha y los ideales de quienes respetan a la naturaleza frente a los intereses políticos.

Con la voz llena de coraje y lágrimas en el alma, Jesús, que ha estado pegado a este sitio desde pequeño, no ha olvidado cuando en el 2014 la administración en turno de Rafael Moreno Valle, bajo un falso proyecto de apoyo, intentó  despojarlos de sus terrenos de cultivo para edificar la llamada “Plaza de las Siete Culturas”, proyecto que polarizó a la sociedad y, creando una gran revuelta, despertó el grito campesino.

“Hoy ya no luchamos por los espacios, luchamos por ideales y los ideales son de gente que contiene conciencia”.

A tantos años, para Jesús la lucha no ha terminado, porque si no lo lograron en gobiernos pasados, ya vendrán otros más dispuestos; aun así, su esperanza radica en que políticos van y vienen, pero la tierra y los ideales permanecen.

“Esto sigue, esto no se ha parado. Esto fue el inicio de un proceso que buscaba despojarnos, pero cuando ya la gente tiene una intención, si no lo tuvo en un primer momento  va buscar una segunda o tercera o cuarta intención. No te puedo decir que esto se paró, esto va a continuar”.

SABIDURÍA ANCESTRAL

Este arraigo a la tierra, bajo la sabiduría antigua, ha dejado a Jesús y sus colegas una madurez, esa misma de la que cree que carecen las  autoridades gubernamentales y medios de comunicación. Gracias a esa madurez, hoy las flores de cempasúchil, terciopelo rojo o alelí crecen sin temor para darle la bienvenida, en su visita a este plano, a las ánimas de quienes esperan a sus cercanos en el Mictlán.

Cholula es un lugar sagrado y una región con una gran fuerza energética, sin embargo las personas se ha olvidado de ello en sus prácticas cotidianas, lo cual, dice, provocará grandes variaciones y transformaciones que continuarán si no cambian su modo de vivir que privilegia intereses políticos, sociales y económicos ante la madre naturaleza.

“Estamos en una parte energética, estos lugares son de conocimiento y es lo que nos permite hablar de esa transformación, de esos cambios que vienen y que no son mencionados por mí, sino de mucha gente atrás que ha sido ignorada, tapada y matada por decir las cosas”.

CONOCIMIENTO

Recordando los conocimientos ancestrales de los antepasados, Jesús explica que el exceso de lluvias, de calor, temblores, pandemias, forman parte de un proceso cíclico de 104 años que trae consigo grandes transformaciones, mismas que han quedado asentadas en la historia de la humanidad.

Jesús no se opone a que la postal que regalan sus tierras sea apreciada por turistas, particularmente en estas fechas de Día de Muertos, cuando las flores llaman mucho la atención, pero invita a que más allá de sólo observar se vea en cada mata la lucha pacífica del campo y se busque una conexión con la Madre Tierra.

“Me gustaría decirles que abran su corazón, que se conecten con la Madre Tierra. Así como la madre se conecta con su hijo, cuando la madre sabe que su hijo está en peligro, así nosotros podemos tener esa conexión con la Madre Tierra, pero hemos perdido esas características por ver exclusivamente al dinero y nos ha manipulado el capital haciéndonos creer que las plantas y los animales ni sienten ni piensan”.

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