Apuesta turismo por más oportunidades para zonas rurales
MÉXICO.- La llamada industria sin chimeneas se concentró, principalmente, en los destinos de playa. Los grandes desarrollos hoteleros y turísticos se enfocaron en invertir en las zonas costeras de México y el mundo.
Así, por décadas los pueblos y zonas rurales quedaron marginados de los beneficios que genera el turismo, como la creación de empleos, progreso de las localidades y de sus habitantes. En suma, generación de riqueza que se traduce en bienestar.
No obstante los cuantiosos ingresos que se obtienen por esta actividad, en la actualidad es uno de los sectores más afectados por la pandemia de la COVID-19.
En ese sentido, y de acuerdo con la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas (OMT), de 100 a 120 millones de empleos directos están en riesgo de perderse.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) prevé una pérdida del 1.5 por ciento al 2.8 por ciento del Producto Interno Bruto mundial.
En este año, el Día Mundial del Turismo, que se celebra el 27 de septiembre, tiene como lema “Turismo y desarrollo rural”, y se refiere a la creación de oportunidades fuera de las grandes ciudades y la preservación del patrimonio cultural y natural.
Para Naciones Unidas y el mundo, este sector es un pilar económico que proporciona trabajo y nuevas oportunidades, especialmente a poblaciones desfavorecidas.
TURISMO Y DESARROLLO RURAL
La OMT estima que para 2050 el 68 por ciento de la población mundial vivirá en zonas urbanas. Las rurales suelen estar menos preparadas para afrontar el impacto de una crisis, debido a factores como el envejecimiento de sus habitantes, niveles bajos de ingresos y la brecha digital.
A partir de los años 80, continúa, el camino hacia lo rural comenzó cuando el modelo “sol y playa” entró en un estancamiento por la alta demanda, y el turismo buscó promocionar nuevos destinos orientados a actividades en comunidades indígenas y a la naturaleza.
En esa década el campo mexicano entró en crisis, la actividad económica se contrajo y la población se tornó más vulnerable, por lo que el turismo se convirtió en un nuevo eje de acumulación de capital junto con la naturaleza y una opción para el desarrollo de las comunidades rurales.
Sin embargo, no hay actividad que pueda, por sí misma, lograr sacarlas de la pobreza o de la marginación en una situación como la actual.
APRENDIZAJE
Quizá en los espacios rurales se habiliten más destinos turísticos, pero los visitantes deben ser más sensibles ante las distintas realidades que tienen en las localidades porque, de lo contrario, continuará la demanda de recursos y servicios que posiblemente no puedan sostener y se generen más desigualdades.
Se trata de impulsar mayor participación de la población local en la gestión y en los beneficios; diseño de alternativas turísticas más amigables con el entorno y que permitan su conservación, así como prácticas más éticas en las que el ser humano reconozca que no debe subordinar a ninguna especie para su beneficio.
EL APUNTE
Los analistas más optimistas dicen que a mediados de 2021 tendremos una reactivación del turismo a niveles similares de hace ocho o 10 años; pero otros aseguran que hasta 2025 vendrán nichos de oportunidad, porque, aparentemente, empezarán a implementarse espacios nuevos para satisfacer las demandas del turismo nacional que sustituirán a las derramas internacionales.