Zona de domesticación del maíz, la más vulnerable ante variación de las lluvias
MÉXICO.- El suroeste del país, considerado área de domesticación del maíz, será el más afectado por las variaciones de las lluvias y el rendimiento de los cultivos de ese cereal; aunque esta situación se proyecta para el año 2100, ya se ven indicios en la actualidad, y eso impactará en la seguridad alimentaria de México, advirtió Guillermo Murray, del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM.
Basado en la modelación ecológica transescalar –que consiste en encontrar procesos y mecanismos socioecológicos que sobreviven a través de las escalas de tiempo y espacio– y en distintos escenarios de cambio climático, el universitario prevé que en 80 años podría haber una caída de hasta 30 por ciento en el rendimiento de los cultivos de maíz de temporal, sustento de mucha gente.
No obstante, “el problema ya comenzó desde ahora, pues hay evidencia de que en algunas zonas de esa región se registra una merma”, alertó.
Ahí, 70 por ciento de las parcelas son de temporal; es decir, una superficie menor es irrigada y produce mucho; la mayor parte de las tierras producen poco y casi todo se dedica al autoconsumo, y con las variaciones de precipitación generadas por el cambio climático (los modelos predicen disminuciones importantes de lluvia) se verán afectados los más pobres, acentuó.
Las proyecciones son preocupantes por el riesgo que representan para la producción y seguridad alimentaria del país. “Básicamente se espera que disminuyan las precipitaciones y aumenten las lluvias de ‘golpe’, que vienen con tormentas y huracanes”.
En el resto del territorio hay otras zonas en riesgo, como la península de Yucatán (con mucha variabilidad climática) y Baja California (que junto con Sonora y Sinaloa se está secando); “en el noreste la tendencia no es tan clara, pero existe”.
“Hemos analizado cuál es el impacto de la variabilidad de la precipitación sobre la producción de maíz de temporal en México a nivel municipal, y luego cómo se traduce en la variación a escala nacional y qué podemos esperar en el futuro, para hacer un mapa de las regiones más vulnerables”.