Entrevistas

Contingencia sanitaria, realidad distinta en el campo mexicano

Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- “Aquí eso no pasa, aquí es diferente”, dice Pedro Moreno Cacho, quien  asegura que en el campo la contingencia sanitaria por COVID-19, se está viviendo de un modo por mucho distinto a como se vive en las ciudades de la entidad.

Como en el país, el estado de Puebla está a punto de entrar a la fase 3 de la pandemia, pero la comunidad de Mazateopan, en San Sebastián Tlacotepec, es una de las afortunadas a donde aún no ha llegado la enfermedad, por lo que las medidas de contención tomadas a nivel nacional por el sector Salud, como el cierre de escuelas, centros culturales, y sitios de trabajo que no sean de sectores esenciales, han incidido de otro modo para los pobladores.

La cuarentena en el pueblo, dijo a LA CAMPIÑA el productor de café, más allá de un distanciamiento social, ha dejado al pueblo mayor unión, pues el “tiempo libre” ahora es invertido por los habitantes en las labores del campo que, como sector agropecuario, sí han sido decretadas como esenciales por el Consejo de Salubridad General y el decreto de la Secretaría de Salud, por el abasto de alimentos.

LA NIÑEZ

Pedro Moreno, ingeniero agrónomo y miembro de la asociación de cafetaleros Cocoapa, señaló que muy alejado de los estándares de actividad en las ciudades, en el campo los niños viven una realidad distinta, pues al estar alejados de los medios digitales (que ahora se han vuelto medio fundamental para “convivir” con la sociedad), los pequeños de estas comunidades han salido al campo a apoyar en los trabajos.

“Escuché en las noticias que hay muchos niños que están inquietos por la cuarentena. Eso no pasa aquí porque hay muchos que están trabajando el embolsado y se entretienen en eso”.

El encierro que implica quedarse en casa por la pandemia del coronavirus, ha sido un detonador de violencia que ha aumentado la llamadas de emergencia por violencia intrafamiliar hasta en un 100 por ciento, pero Pedro añade que las noticias que han documentado las consecuencias sociales que ha traído el resguardo en casa, en particular a los niños, para ellos es “una locura”:

“Para mí ese reportaje (niños inquietos)  es una locura, porque al final aquí nosotros es pura felicidad, trabajan y todo eso, nada de cuarentena.  Nunca un niño se va a entretener en algo en videojuegos, aquí todos los niños trabajan y es sorprendente porque todos ayudan”.

Agregó que la ayuda que han dado niños y madres de familia al todos estar enfocados a la labor campesina, ha sido redituable para ellos, aumentando sus ingresos en gran proporción por tener más mano de obra:

“Va a ser una derrama económica porque los niños también aportan. Si el señor campesino ganaba 100 pesos, ahorita está ganando 400, porque al final le ayudan todos, los hijos, las mujeres también están apoyando”.

Si bien esta experiencia de la pandemia en el campo ha favorecido a sus pobladores por la lejanía de las ciudades, también corrobora que sus pobladores viven en una realidad diferente al área metropolitana, la cual muchas veces los deja marginados.

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