Trabajan especialistas mexicanos en conservación de frutas y hortalizas
MÉXICO.- La Organización de las Naciones Unidades para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destaca que cada año se pierden aproximadamente mil 300 millones de toneladas de alimentos perecederos en el mundo.
En México, afirma, el número que se pierde asciende a 37 por ciento de la producción con mayor impacto en frutas, concretamente en productos como guayaba y mango.
Ante este problema, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) explicó en un comunicado que las reducciones en los productos hortofrutícolas tienen diversas causas, entre ellas el inadecuado manejo postcosecha, lo que provoca daños físicos y deterioros microbiológicos y fisiológicos, que se traducen en un corto periodo de almacenamiento o vida de anaquel.
Por ello, científicos mexicanos desarrollan tecnologías postcosecha, por cadena alimenticia y por regiones del país, para retardar la senescencia y mantener el producto en su mejor calidad posible.
En este contexto, Investigadores de la Maestría en Ciencias en Innovación Agroalimentaria Sustentable del Campus Córdoba del Colegio de Postgraduados (Colpos) y del área de Alimentos y Biotecnología del Instituto Tecnológico Superior de Tierra Blanca desarrollaron recubrimientos y películas biodegradables que no contaminan y han demostrado ser efectivos en la conservación de frutas y hortalizas.
Se trata de una investigación desarrollada con el fin de reducir la pérdida de alimentos postcosecha, ya que “las películas y recubrimientos que se han generado son elaborados con sustancias naturales como cera de abeja, glicerol, ácido oleico y quitosano, así como hidrocoloides –como el alginato—, goma laca, goma guar, hidroxipropilmetilcelulosa (HPMC) y otros aditivos que coadyuvan al mejoramiento de las propiedades mecánicas, térmicas y de permeabilidad”.
Apuntó que estos recubrimientos desarrollados se han aplicado en productos hortofrutícolas como chayote, papaya, mango y cítricos, entre otros, de forma que, con investigaciones como éstas, se mantiene el vínculo y compromiso en la cadena productiva de los principales alimentos naturales de la región centro y sur del país.
En este caso, una película y un recubrimiento se diferencian en que la primera es una capa delgada de material comestible, formada por separado para su posterior uso en el producto, mientras que un recubrimiento se aplica sobre la superficie de un alimento, ya sea por inmersión en una disolución o por aspersión.
Concluyó que estos recubrimientos y películas comestibles son utilizados durante la postcosecha para proteger y conservar productos hortofrutícolas frescos, ya que permiten retrasar el envejecimiento y reducir significativamente la pérdida de peso y agua, así como el intercambio de gases que influyen en la estabilidad química y crecimiento microbiano.