Agricultura

Cultura de autoengaño, son productos industrializados etiquetados como orgánico

Magdiel Olano

PUEBLA, PUE.- Solamente cultivando los productos de primera mano o “entrenando al paladar” se puede estar seguro que lo que comemos es producto natural, pues la industria de productos orgánicos en México y otros países ha provocado una desinformación generalizada que hace que vivamos en una “cultura de autoengaño”.

Lo anterior lo asegura el coordinador operativo de Expo Ecoproductores Cuatlicue, Eugenio Bravo Pérez, quien tiene amplia experiencia como productor de alimentos netamente naturales; desde su óptica, las tendencias modernas por generar hábitos de consumo de alimentos saludables han provocado que la industria lleve a comercializar aquellos que no lo son, abanderados por etiquetas que lo único que logran es confundir al consumidor.

En entrevista con LA CAMPIÑA, explicó que los consumidores siguen comprando “falsos productos orgánicos” a pesar de que desde hace años se “sabe” que las grandes industrias transnacionales empaquetan y etiquetan los alimentos para que así lo parezcan.

“La gente cree que comprar sus productos orgánicos en las góndolas de gourmet es orgánico porque la Coca Cola lo dice, porque lo dice Danone, que son los que introdujeron el concepto orgánico en México”.

Y aunque no ocurre en la totalidad de los casos, en gran parte las etiqueta de “orgánico” se acercan más a un producto comercial que a una producción basada en este estilo, ejemplo de ello las grandes cantidades de comida que producen por semana estas industrias, situación muy distinta a la que ocurriría en un huerto de pequeños productores, donde a pesar de no tener una sello que avale como alimento orgánico, está más apegado a los procesos naturales.

Dijo que estos pequeños productores no tienen la capacidad de competir con las grandes industrias, en principio porque ellos tienen el poder económico que les permite invertir en campañas publicitarias, aun así, enfatizó en que tampoco buscan hacer frente a ellas, simplemente buscan que la brecha de desinformación en la cadena comercial se más estrecha o desaparezca, por el bienestar de las personas:

“Nosotros no buscamos competir con ellos, nosotros lo que buscamos es que nos preocupemos por nuestros hijos, por la gente que viene atrás de nosotros”.

Así, lanzó un exhorto a la comunidad para que empiecen a producir por sí mismos en huertos urbano, jardines verticales, pequeños jardines o acudir a pequeños mercados alternativos de redes de pequeños productores, para que entrenen al paladar a probar lo que realmente es la comida natural, pues con esas armas “sabrán diferenciar de un producto convencional, un producto “orgánico”, un producto comercial orgánico y de un producto natural”.

“Para que tú consumes un producto que esté 100% seguro que es orgánico, te invitaría a que tú lo siembres, que tú lo hagas. Es decir, que recuperemos ese conocimiento ancestral de cómo generamos vida. No podemos consumir vida si no le damos vida al suelo”.

 

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